Imagen: @itswaxtime on Instagram

En los últimos años se ha visto un incremento en el consumo de música en vinilo.

Diferentes factores han ayudado a que este formato tenga un nuevo auge. Los más puristas aseguran que la calidad del acetato supera en demasía al streaming, CD y múltiples maneras de reproducción que existen hoy día.

Eventos como el Record Store Day, o la proliferación de tiendas independientes acercan a la gente a conocer y sumergirse en la cultura del vinyl.

La pregunta es ¿Por qué entonces una industria que se creía extinta a inicios de milenio, ha sido capaz de revertir su fin?

Nostalgia

La tecnología nos ha acostumbrado a tener todo de manera inmediata. Reproducir una película es ahora un hecho tan sencillo que ha dejado de lado hasta cierto punto el misticismo que rodeaba ir al videoclub y enterarte que todas las copias de la película que deseabas ver ya han sido alquiladas.

Con la música ha pasado algo similar. Ya no se puede apreciar el arte de la portada en unos cuantos pixeles en la pantalla del celular.

Los aficionados a la música están ligados a cierto artista, disco, o canción. Es pura nostalgia que no cabe y repito, en unos cuantos pixeles.

De ahí que algunas personas decidan revivir a través de la música y del formato algunos recuerdos y épocas de tiempo atrás y volverse al objeto físico.

Las características del vinil como objeto físico implican ir de tienda en tienda y escarbar (digging) en las cajas con la esperanza de encontrar alguna joya oculta. Conocer a gente es parte del proceso, desde el cartero que te lleva el vinilo que encargaste hace dos meses, el vendedor de tu tienda de cabecera, aficionados que buscan el mismo título que tú y ahí la aventura apenas comienza.

El vinil es lo más mainstream de lo mainstream y es que en su intento de parecer más “auténtico y real” fue apartado por el CD y se volvió menos común y menos comercial.

El vinil con arte

Andy Warhol veía en el vinil una pieza de arte y de colección, ambas al mismo tiempo, un objeto común y de fácil acceso para la mayoría de personas y así todos pudieran tener uno. Y es que con su perfecta forma cuadrada de 33 centímetros por lado; la portada de un vinil añade a la experiencia sonora una parte palpable y visual, sin mencionar las postales, inserts, cancionero, pósters o de más que te hacen interactuar con la obra.

Recordemos portadas legendarias hechas por Storm Thorgerson y Aubrey Powell, por su estudio: Hipgnosis, que por si mismas son una obra de arte completa.

  • The Dark Side Of The Moon (Pink Floyd)
  • – Houses of The Holy (Led Zeppelin)
  • – Electric Warrior (T. Rex)
  • – Difficult to Cure (Rainbow)
  • – Frances The Mute (The Mars Volta)

Solo por mencionar algunos ejemplos.

Así que ya lo sabes, toma el tornamesa de tu padre o abuelos y desempolva esos viejos vinilos y adéntrate a este fascinante mundo.

JM

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