La legendaria actriz cambió el rumbo de los actores en Hollywood tras ganar una demanda a la Warner Bros.

Olivia de Havilland, la leyenda del cine mundial, ha muerto a los 104 años de edad. Ganadora del Óscar en dos ocasiones (1946 y 1950), la actriz franco británica trabajó en 49 filmes, entre 1935 y 1988. Entre sus trabajos más recordados se encuentran Lo que el viento se llevó (1935) —por la que obtuvo la primera de cinco nominaciones al premio de la academia—, in Hold Back the Dawn (1941), To Each His Own (1946), The Snake Pit (1948), and The Heiress (1949).

Con la muerte de Havilland se cierra el ciclo del cine de oro, al ser una de las pocas sobrevivientes a esta época, junto con Kirk Douglas, quien trascendió en febrero pasado. Olivia fue la hermana mayor de la también histriona Joan Fontaine, con quien compitió por galardones a la excelencia en diversas ocasiones, lo que generó un distanciamiento hasta el final de sus días, pues la menor falleció en 2013.

La estrella destacó por su inteligencia, plasmada en la pantalla grande, la televisión y las artes escénicas, sin embargo, una de sus aportaciones históricas fue la demanda emprendida contra la Warner Bros. en 1943. En aquellos años el sistema de estudio, coercionaba los actores al suspenderlos sin paga si rechazaban los roles, y el tiempo de suspensión se agregaba a sus contratos.

La victoria judicial de Havilland ayudó a cambiar el poder de los grandes estudios de esa época a las mega-celebridades y las poderosas agencias de talentos de hoy. “Los actores de Hollywood estarán siempre en deuda con Olivia”, escribió su amiga y colega Bette Davis en su autobiografía, “The Lonely Life”.

En los años sesenta se mudó a París, ahí permaneció hasta el sábado cuando murió pacíficamente por causas naturales, según declaraciones de su publicista, Lisa Goldberg. En los últimos años enfrentó una nueva querella, en esta ocasión contra los creadores de Feud: Bette and Joan por haberla representado bajo una luz falsa y sin su permiso para ser retratada en el drama; no logró el fallo a su favor.

La también figura de Broadway se entregó a la actuación desde que conoció el oficio en una producción escolar de “Alicia en el país de las maravillas”. Desde ahí comenzó a romper paradigmas, pues tuvo que enfrentarse a su padrastro quien estaba en contra de su decisión; así fue siempre, sagaz, hasta el 2008, cuando fue narradora de I Remember Better When I Paint.

¡Descanse en Paz, Olivia de Havilland!

JM

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