Como salido de otra dimensión, The Weeknd apareció a bordo del auto que lo acompañó en su última travesía, “After Hours”.

Dando un paseo por sus más famosos éxitos en acompañamiento de un coro de violinistas y un ejército de bailarines, los brillos del blazer rojo hicieron vibrar a todos los trabajadores de la salud que acudieron al Raymond James Stadium.

The Weeknd cumplió con el setlist que anunció la semana pasada en redes y aunque ni Daft Punk ni Rosalia se hicieron presentes en el escenario, la presencia de Abel bastó para calificar lo como un gran espectáculo.

Es importante destacar que el cantante invirtió siete millones de dólares en la producción de su espectáculo, además de lo que ya estaba previsto por la organización del Súper Bowl.

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