Durante el desarrollo de la cumbre del G7 en Inglaterra, la administración Biden planea presionar a los aliados demócratas este sábado para que convoquen públicamente a China por las prácticas de trabajo forzoso
Foto: Prensa Latina

La sugerente propuesta es parte de la progresiva campaña del presidente Joe Biden para lograr que sus compañeros líderes demócratas ostenten un frente más consolidado para contender económicamente con China, al decir de dos altos funcionarios de la administración que comunicaron a los reporteros sobre la condición de anonimato porque no estaban acreditados a hablar públicamente los planes para la cumbre del G7.

Los funcionarios expresaron que Biden pretendía que los dirigentes del G-7 dialogaran con una sola voz respecto las acciones de trabajo forzoso encaminadas a los musulmanes uigures y otras minorías étnicas.

Biden confía en que la denuncia sea parte del comunicado conjunto publicado al final de la cumbre, pero algunos aliados europeos se han mostrado renuentes a separarse tan enérgicamente de Beijing. Quizás no quede claro hasta que termine la cumbre de tres días el domingo si los líderes darán ese paso.

La propuesta de Biden a las acciones laborales de China se plantearía cuando los aliados anunciaran un plan de infraestructura denominada “Reconstruir mejor para el mundo”, un nombre que se hace eco del eslogan de la campaña electoral del presidente estadounidense.

No todas las potencias europeas han visto a China bajo una luz tan dura como Biden, quien ha pintado la rivalidad con el estado de tecno-seguridad como la competencia definitoria para el siglo XXI. Pero hay indicios de que Europa está dispuesta a someter a un mayor escrutinio a Beijing.

Los funcionarios de la administración Biden ven el momento como una oportunidad para tomar medidas concretas para hablar en contra de la dependencia de China del trabajo forzoso como una “afrenta a la dignidad humana”.

Si bien llamar a China en el comunicado no crearía sanciones inmediatas para Beijing, un alto funcionario de la administración dijo que la acción estaba destinada a enviar un mensaje de que el G-7 se tomaba en serio la defensa de los derechos humanos y el trabajo conjunto para erradicar el uso de métodos forzados.

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