Franzmayer

La biblioteca del Museo Franz Mayer resguarda una colección de más de 200 libros realizados del siglo XV al XIX en España, Italia, Alemania y Francia, que el Sr. Mayer seleccionó por su antigüedad, decoraciones y ornamentos, valor histórico, idioma, técnicas y materiales, entre otros aspectos -de carácter estético y artístico- que los hacen ejemplares únicos o raros en su tipo. Son un reflejo del interés que el coleccionista tuvo por las artes y, en específico, por las encuadernaciones artísticas cuyas características responden a un proceso creativo.

Esta es una de las diversas exposiciones virtuales que ofrece el museo en su página oficial. Da un recorrido muy cercano, con fotografías de los distintos tipos de cubiertas y ornamentas que poseen los libros de la colección, acompañados por una clara y breve descripción de su procedencia, componentes y estilos.

Vale la pena mencionar que estas encuadernaciones tienen un diálogo casi directo con algunos de los principales géneros de la Colección Franz Mayer, colección que se conformó a través de varias etapas en la vida de Franz Mayer, las cuales estuvieron definidas por la situación del mercado, sus viajes y el momento histórico que se estaba viviendo. Su primera adquisición fue un lote de azulejos pertenecientes a otros edificios, entre ellos la Casa de los Azulejos. Varias de estas colecciones abordan la orfebrería, las artes gráficas, los textiles y la pintura.

Franz Mayer Traumann, alemán, recién llegado a México a los 23 años, era agente de bolsa independiente y se mantuvo activo en el mundo bursátil, siendo incluso protagonista de la fundación de la Bolsa Mexicana de Valores. Su intensa actividad financiera le permitió hacerse de una importante fortuna y una red de contactos que le fueron de gran utilidad para llevar a cabo su labor coleccionista. El último periodo de su etapa coleccionista estuvo dirigido a la adquisición de arte virreinal, ya sea pintura, mobiliario, textiles, plata y objetos pertenecientes a la cultura material de este periodo.

La mayor parte de los libros antiguos de la biblioteca del Museo Franz Mayer, destacan por su perfección y belleza. Además de las letras capitulares, tipografía, ilustraciones y láminas con grabados que decoran su contenido, las encuadernaciones que los revisten protegen y decoran comprenden una tipología aparte. Los primeros libros encuadernados, llevaban tapas de madera cubiertas de piel o vitelas y toscas aplicaciones de hierro forjado que les brindaban solidez, pero no era tan estéticos hasta que eso cambio en el siglo XIII.

Una de las secciones de esta colección son las Encuadernaciones de orfebrería. Desde la Edad Media, bajo el Imperio bizantino, los libros sagrados fueron considerados joyas invaluables por su ornato exterior. Las tapas, frecuentemente de madera, se solían recubrir con piel, pergamino, telas de terciopelo, seda, satén o damasco, acompañados del trabajo orfebre. Además de los metales preciosos como la plata y el oro, se utilizó el cobre, el bronce y piedras preciosas. El oro representaba la sabiduría, la plata remitía a la piedad, y el broncea la fuerza del alma. La colección de libros del Museo cuenta con varios misales, salterios, leccionarios y otros libros de culto con aplicaciones, o totalmente revestidos con láminas de plata forjada, repujada y cincelada, de ahí su denominación “encuadernaciones de orfebrería”. El cincelado constituye una de las más ricas técnicas ornamentales de encuadernación orfebre.

Las Encuadernaciones con gofrados y dorados, generalmente, eran elaboradas con un cartón denominado “papelón”, elaborado a base de papel y engrudo. La mayor parte de las ocasiones eran decoradas por artesanos musulmanes de Toledo, Sevilla y España con técnicas de estampación. Durante varios siglos, los estilos de encuadernación europeos establecieron ciertos diseños con patrones y composiciones decorativas. En España, por ejemplo, predominaron los motivos arabescos. Este tipo de encuadernaciones en piel con toda o gran parte de su superficie decoradas con las técnicas de gofrado y estezado, se impusieron desde el siglo XVI.

También tenemos las Encuadernaciones con telas, hilos y materiales preciosos. Las encuadernaciones con textiles comenzaron a difundirse en Europa desde el siglo XV. Entre las telas más utilizadas y cotizadas figuran: las sedas, los terciopelos, los damascos y los brocados. Para los bordados se usaban hilos de distintos colores de seda, así como de oro y plata.

Otras de las más interesantes y suntuosas encuadernaciones son aquellas con recubrimientos y ornamentaciones de madreperla, también conocida como concha nácar. A esta técnica ornamental, se suma el dorado de sus cantos y su lomo recubierto con terciopelo negro, para facilitar su apertura y proteger las costuras.

La encuadernación de arte, también denominada artística, constituye, sin duda, un género aparte dentro de las colecciones del Franz Mayer. Sus elementos, técnicas y procesos de creación responden a una actividad que, desde sus orígenes, poseen formulaciones y características muy similares al resto de las artes.

Las exposiciones virtuales ante situaciones de lejanía como la actual contingencia permiten tener una aproximación a los usuarios a piezas de arte históricas, como estas, que al ser gratuitas permiten su estudio y apreciación al alcance de todos. Estos libros son piezas clave de la gran colección que posee el museo, que además de su contenido tienen un gran valor artístico en su exterior, que se ha ido depurando con el paso de expertos empezando por el mismo Mayer, representando distintas tapas de la imprenta europea, y que le ha permitido al museo tener una proyección fuera de sus paredes, a nivel tanto nacional como internacional. Esta exposición conformada por obras invaluables, que, si se tiene la oportunidad, hace una invitación al museo para preciar presencialmente el detalle de dicha obra.

SA.

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