“Da igual mientras nos dejen trabajar”; “por seguridad y estar bien con la alcaldía nosotros aceptamos”; “están quitando la libertad de expresión” … es el dialogo que se mantiene en eco a tres meses de la llamada Jornada Integral de Mejoramiento del Entorno Urbano, que entre sus objetivos promete la “limpieza y belleza”, pero que ha despojado lo colorido por una cromatina blanca y azul.

Es un día cualquiera en los alrededores del corazón de la capital en la alcaldía Cuauhtémoc. En la vía pública y sobre el paso peatonal predominan puestos de comida y abarrotes, ya sean fijos o semifijos, comparten un atributo en común, la uniformidad; pero como en todo orden existen aquellos insubordinados en que aún puede leerse “tortas calientes” o “tacos”, rótulos con tonos apagados que avisan el giro de productos que locatarios ofrecen al público, desde tacos, tortas, jugos o quesadillas, esos gráficos de color sobreviven debajo, algunos pocos, de un slogan con el nombre de la alcaldía en el que se lee la frase: “la alcaldía Cuauhtémoc es tu casa”.  

Una lona con el menú impreso para indicar que se venden tortas y sincronizadas, es lo que identifica el giro de “tortas los compadres”, nombre que Juan Gonzales eligió para su negocio con 29 años de presencia entre la avenida Morelos y Bucareli. Un logo de una torta y el sobrenombre “ricas tortas el compadre” formaban parte de la fachada del local, la cual lo acompañó durante estos años. Fue a principios del mes de febrero cuando Juan recibió la visita de representantes de la alcaldía quienes le dijeron que cambiaría el método de identificación para tenerlos ubicados. Camionetas y personal de la alcaldía pintaron la fachada con el tan “reputado” logo; a pesar de que el gasto por colocación corrió por cuenta de la alcaldía, para Juan, el apego a su antiguo logo no existe, pues solo representaba una manera de poder identificarse ya que la gente lo ha “ubicado” con el pasar del tiempo. A pesar de que las pautas tomadas por la actual administración de la alcaldía le han quitado parte de su identidad, estas no representan un ataque directo: “Como ciudad debemos estar más modernizados y actualizados, sentenció.

Era el modo de identificar el giro que manejábamos, pero pienso que está bien que nos tengan identificados; por seguridad y estar bien con la alcaldía nosotros aceptamos los logos porque ellos son los que nos dejan estar aquí”.

Juan Gonzales, dueño de “ricas tortas el compadre”.

La demarcación comenzó a mediados del mes de abril como parte de las acciones a lo que Sandra Cuevas, alcaldesa de Cuauhtémoc, llamara Jornada Integral de Mejoramiento del Entorno Urbano. En este comunicado se informó de manera unilateral la “limpieza” y “mejoramiento de imagen” a más de 100 mil comerciantes en vía pública -contemplando todos los puestos fijos y semifijos en la zona- llevando a cabo dichas acciones en colonias como Juárez, Roma Norte, Roma Sur y Condesa.  Entre las pautas se contempló no solo pintar iguales todos los puestos fijos y semifijos de la zona, pues también se pretende contribuir a la mejora de imagen urbana con la adopción de una jardinera y “que los comerciantes en vía pública conserven siempre limpia su área de trabajo –frente, atrás y a los lados–, con un metro de distancia”, sin embargo, la estandarización no es algo nuevo para una administración capitalina en turno; colores como el rosa y blanco  o verde con blanco han homologado la imagen de paraderos y puestos en gobiernos como del exjefe de Gobierno, Miguel Ángel Mancera, inclusive del propio gobierno de Claudia Sheinbaum.

Colectivos artísticos no solo son quienes han denunciado la perdida de la cultura gráfica como lo ha sido la Red Chilanga en Defensa del Arte y la Gráfica Popular, sino también la ciudadanía, pues el dialogo en eco se ha transformado en una oleada de opiniones al respecto en estos meses. Es el caso de Joshua, un habitante de la zona centro en la colonia Roma, quien aparte de ser estudiante en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), se dedica a repartir paquetería y correo; en su recorrido en bicicleta ha notado el contraste entre delegaciones, un contraste apagado donde ya no distingue la publicidad emblemática con la que ha crecido a lo largo de su vida. Para personas como Joshua quienes son consumidores recurrentes de estos locales, también se han visto afectadas al no distinguir lo que en cada puesto se ofrece. Es extraño, comenta Joshua, ya que “toda mi vida he crecido viendo este tipo de publicidad (…) se está quitando la libertad de expresión, yo no lo veo positivo, es una imposición y no es lo mejor”.

Sin embargo, existen opiniones divididas para quienes también son consumidores y residentes en la alcaldía. Para personas como “Turis” -a quien llamaremos por dicho sobrenombre, pues requiere de anonimato- que son parte de la población que está jubilada y tiene 65 años o más, la imposición en esta administración no existe, pues no le resulta tema ajeno a quien ha presenciado el cambio de colores en cada administración: “Yo creo que está bien porque es un desorden y son una porquería los que hay, aunque hay algunos bien hechos, pero son contaminantes”, comenta al respecto.

La lucha por preservar el arte visual y oficio popular mexicano: “Rótulos Bautista”

Algo interesante ocurre en Villa de Etla, Oaxaca, donde el oficio del rótulo ha vivido a través del talento de dos generaciones; una historia como pocas que por título lleva “rótulos Bautista”, nombre que ha viajado en portadas internacionales como The Washington post ,colaborado con la primer tienda Levi`s en Oaxaca personalizando prendas a través de técnicas como la ilustración pintada a mano y rotación manual, hasta ser reconocidos por la Casa de la Cultura Oaxaqueña (CCO) por preservar el oficio del arte popular mexicano como es el rótulo.

Giovanni, quien es diseñador gráfico y rotulista de segunda generación recuerda cómo fue llegar a ser uno de los rotulistas más reconocidos de Oaxaca junto a su padre Arturo Bautista, quien fungió como esa primera inspiración: la historia de Arturo no deja ser contada en más de una ocasión, lo mismo que un libro; pinturas, cuadros y murales pintados por Ángel Bautista, abuelo de Giovanni, sirvieron como inspiración a lo que se convertiría más adelante. “Pensaba en dibujos no en letras”, dice Giovanni, al rememorar el camino recorrido por su padre hasta poner su taller en 1983.

Rodeado de un ambiente de letras antes de la llegada del boom de los plotters de recorte de vinil e impresión fue la época de infancia para Giovanni; época de los rótulos.  Ya sea en vacaciones de primaria o para distraerse, el destino siempre fue el taller de rótulos de su papá, “cuando no me traía yo me enojaba”. De manera precoz, el rótulo llega a su vida a los diez años: su primer trabajo, las letras de las cruces para los difuntos. Un camino que lo llevaría hacia algo relacionado como lo es el diseño gráfico, una mezcla que se ha convertido en una experiencia de composición y formas tipográficas.

“El oficio del rótulo era como si fuera un pintor (…) sentí que era algo muy especial, por eso me sentí muy atraído, pues muchas personas no lo hacen”.

Giovanni Bautista

Ampliación del lenguaje y humor gráfico: la presencia del rótulo en Oaxaca

Como una celebración de expresión que comunica la personalidad de los negocios y la individualidad de los rotulistas es como Oaxaca vive el rótulo, rompiendo con la homogeneidad e improvisación de la gráfica de una urbe como la Ciudad de México. “Amor y Pan”, “Si no se anima pa´ que se arrima” …son algunas de las frases populares que incorpora padre e hijo para transmitir la personalidad del lugar; frases que generalmente rompen, pero también compiten por la atención.  Siendo esta la naturaleza del rótulo.

Con la analogía del adagio popular “orden y progreso” que inmortalizo Porfirio Diaz Mori, expresidente de México, Giovanni reflexiona respecto al “intento” de modernidad y orden que ocurre en la alcaldía Cuauhtémoc: “Atacan principalmente al oficio; y, en segundo lugar, creo yo la más importante que la primera, atacan al entorno visual que tenemos”.

No obstante, no solo es la homologación lo que ha encarecido la debacle de la cultura visual: el pesimismo y apatía también ha sido factor para dejar a un lado la importancia de la gráfica popular. Don Arturo, quien es primera generación, recuerda su paso por San Francisco, California, EE. UU., donde trabajó por un tiempo; ahora piensa cómo es posible que admiren el trabajo mexicano, cosa que parece aquí no: “Te das cuenta como lo valoran otras personas mejor que en México que no lo valoran. Eso da tristeza”.

En otros lados el rótulo es más cuidado y diferente (…) hay una cultura de concientización y valoración del oficio, valoran el trabajo del rotulista como un artista (…) creo eso ha faltado en México: la difusión del oficio como una difusión artística; una más de todas las que hay en México”.

Giovanni Bautista.

La escasez de talleres, la poca diversidad de rótulos y una carente labor de difusión, padre e hijo piensan, les ha quitado consciencia histórica a las mezclas tipográficas, atacando el oficio y cultura. Ya sea con pintura de esmalte o acrílica, nadie percibe la ventaja exclusiva que tiene el rótulo, el cual “es muy noble, porque es muy fácil de utilizar en diferentes formatos como en cosas curvas donde la impresión no puede llegar. Va a seguir existiendo porque una maquina no puede imitarlo en diferentes formatos”, argumenta Giovanni.

Hoy día el uso de las redes sociales han servido como puente para continuar con una labor plausible que rótulos Bautista a trazado a lo largos de estos años, lo que ha permitido llegar a un público más extenso en la difusión del proceso de elaboración y preservación que comprende el rotulaje en la actualidad, labor que ha sido reconocida dentro y fuera del territorio mexicano ya sea por colectivos o  por entidades gubernamentales de su natal Oaxaca, sin embargo, es el principio de un proyecto que esperan alcance aún más la discusión necesaria para mantener vigente a uno de los oficios que dio pie a la publicidad, y que hoy día vive un momento de censura y falta de memoria por quienes detentan el poder  y quienes olvidan el contexto e historia que rodea al paisaje popular.

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