La Doble Moral del Tlatoani No. 17

Al presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, poco le interesa hacer un buen trabajo. Su prioridad y atención residen en la superficialidad. Aparenta, engaña y miente para alcanzar sus objetivos; no busca ser el mejor presidente, solo el más querido.

La llegada de la Guardia Nacional (GN) al Sistema de Transporte Colectivo (STC), es el claro ejemplo de su ineptitud al mando de un país. El metro de la ciudad no necesita supuesta seguridad ni vigilancia, la realidad es que se necesita mantenimiento, entonces ¿Para que la GN?.

“Que no se utilice (al ejercito) para suplir las incapacidades de los gobiernos civiles“, decía un joven López en 2010 para simpatizar con la multitud. Si el mismo entendía la gravedad de tener a militares en las calles, ¿Por qué ahora llena el metro de la ciudad con ellos?, ¿Acaso busca silenciar sus errores con la Guardia Nacional?.

López, “La Víctima”

El presidente de México, días antes del anuncio militarista, mostró su respaldo y solidaridad con la jefa de gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum. Dicho acto demuestra dos cosas; número uno, a López no le interesa el bienestar de los mexicanos, en ningún momento muestra apoyo a los afectados tras los incidentes del metro, para AMLO la única víctima es Claudia.

Y número dos, López juega la idea de solidaridad con Sheinbaum a conveniencia. Respaldar la narrativa de sabotajes dentro de las instalaciones del STC, le permite usar al “pueblo uniformado” en las calles. Hasta el momento, el gobierno federal no ha presentado pruebas de sabotajes que justifiquen la presencia de la Guardia Nacional en el metro, entonces ¿Para qué están ahí?.

2 Pájaros de 1 Tiro; Me deslindo y reprimo

Al responder la constante incógnita se muestra desnuda la estrategia de López Obrador. Mandar 6 mil militares disfrazados de guardias nacionales al metro, le permite al gobierno mantener su fachada de “sabotajes” y deslindarse de toda responsabilidad por mantenimiento y corte presupuestal al transporte público.

Es bien sabido que los militares no evitarán el colapso del STC. Al final, la militarización del metro no podrá impedir que el transporte más grande de la ciudad se siga cayendo a pedazos. Sin embargo, si podría evitar los reportes de las interminables averías.

La Guardia Nacional entre civiles representa un intento por callar y reprimir el descontento social ante la mayor crisis de ingobernabilidad en la capital del país. El descontento social de victimas y usuarios será enfrentado con “El pueblo armado”.

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