El último año de gobierno de López Obrador y el peso de la historia

El presidente López Obrador se ha encontrado con la realidad de que su último año de gobierno ha llegado más rápido de lo que esperaba. Al asumir el cargo, parecía que ese momento estaba muy lejano, pero ahora debe enfrentar los desafíos finales de su sexenio.

Los presidentes, al llegar al poder, se dan cuenta de que su última etapa en el gobierno es crucial. Su éxito y legado se definen en función de su último año de gestión, al igual que los toreros son juzgados por su última faena.

Esta crisis final de sexenio es un momento en el que los presidentes se enfrentan a la soledad y a la presión de los posibles candidatos que buscan sucederlos. Esta situación ha sido evidente en la historia de México con presidentes como Echeverría, López Portillo, De la Madrid, Salinas, Zedillo, Fox, Calderón y Peña Nieto.

Estos últimos años de gobierno han sido momentos difíciles para los expresidentes, ya que son juzgados principalmente por su último año de gestión. Aunque el discurso oficial puede intentar enmascarar la realidad, al final la verdad prevalece y se evalúa su desempeño.

La importancia del último año de gobierno de López Obrador

El lunes pasado, López Obrador inició su último año de gobierno. Este será el período que lo calificará ante la historia y en la memoria colectiva de la sociedad mexicana.

Retos y problemas actuales

  1. Salud: Las políticas sanitarias de la 4-T han sido desastrosas en términos de violencia y educación. La cancelación del INSABI muestra el caos en el sistema de salud y depender de vacunas rusas y cubanas para combatir el Covid-19 es dramático.
  2. Trámite: La visita de la consejera jurídica de la Presidencia, María Estela Ríos, a la Corte Suprema fue para discutir la petición de darle prioridad al recurso contra el amparo de los libros de texto en Chihuahua y Coahuila. Sin embargo, es poco probable que se le dé un trato prioritario.
  3. Tres debates: El equipo de Claudia Sheinbaum impugnará la decisión del INE de organizar tres debates presidenciales en marzo, abril y mayo, cuando la ley establece que solo deberían haber dos. Los debates siempre son evitados por aquellos que llevan ventaja, debido al riesgo que representan.

En resumen, el último año de gobierno de López Obrador será crucial para su legado histórico. Sin embargo, también enfrenta desafíos en temas de salud, trámites gubernamentales y debates presidenciales. La evaluación de su gestión dependerá tanto de su discurso oficial como de la realidad que enfrenta México.

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