Por Eliván Martínez Mercado | Centro de Periodismo Investigativo
Del CPI.
Las pinturas padecen un purgatorio. La colección del Arzobispado de San Juan, que atesora obras excepcionales de artistas como José Campeche, espera por que alguien tenga la misericordia de llevarla al paraíso de un museo o a un templo donde esté protegida y se exhiba de forma permanente.
Hay 23 Campeche en la colección, que en general gozan de buen estado y se exhiben en el Museo de Arte de Puerto Rico (MAPR), en San Juan. A partir del 5 de mayo de 2024, cuando termine la exposición José Campeche lo pintó, se almacenarán en el depósito del museo junto al resto de los cuadros arzobispales, informó el MAPR.
Recomendados
La colección arzobispal se compone de 61 piezas, e incluye obras de otros pintores además de Campeche. Un cuadro del español Juan Cletos Noa y otro, cuya autoría se desconoce, pero que se presume de algún discípulo o de alguna de sus hijas, Amalia, Magdalena o Asunción, se hallan en estado crítico y están en riesgo de perderse.
Esta situación, junto con la falta de un lugar permanente para exhibir los cuadros, levanta cuestionamientos de hasta qué punto la Iglesia Católica carece del dinero y la capacidad técnica para proteger y hacer disponible el arte religioso que también se considera patrimonio cultural puertorriqueño.
En 2016, el Arzobispado inició un proceso de inventario de emergencia, y tasó las obras. La colección puede valorarse en casi $6 millones, según documentos a los que tuvo acceso el CPI.
…
La amenaza del sucio, los hongos y la polilla
La necesidad de que rinda cuentas sobre el futuro del patrimonio de las obras de arte religioso se hace evidente en la División de Conservación del MAPR, que es también un hospital del arte. En cuidado intensivo está el cuadro La Virgen, el Niño y San Juan Bautista, pintado alrededor de 1860 por alguien del círculo de Cletos Noa. Procedente de la Catedral de San Juan, la obra fue trasladada al Palacio Arzobispal en el Viejo San Juan en los años 60. Cuando el MAPR fue a buscarla en 2018 para iniciar las labores de conservación, la encontró con rastros de suciedad y polvo. Le faltaba una porción fundamental: parte de la imagen central de María y Jesús.
“La polilla se comió todo el lienzo por la parte de atrás”, explicó Sol Rivera Delgado, jefa de la División de Conservación del MAPR. “Estaba como en un almacén, un depósito en mal estado, y al perder el soporte de la parte de atrás que se comió la polilla, pues quedó suelta la superficie de la capa pictórica de la pintura original y, con la resequedad y los movimientos inadecuados, pues hubo pérdida de la capa pictórica de la obra”. Más adelante, a la derecha, cuelga de una pared la imagen de La Sagrada Familia y los pastorcillos, pintada por Juan Cletos Noa alrededor de 1850. Alguien la había montado sobre un marco de cuartones de madera que, con los cambios de temperatura y humedad, se expandieron, y el lienzo comenzó a desgarrarse.
…
Patrimonio de primer orden
La esquina de la Calle de San Sebastián con la Calle del Cristo en el Viejo San Juan muestra un claro ejemplo de cómo el arzobispo estuvo “pillado”. Vendió en 2021 el Palacio Arzobispal y el Seminario Conciliar de San Ildefonso, que comprenden casi una manzana completa de la ciudad colonial, por unos $8 millones. Los compró Propiedades Ceiba, una compañía representada por el empresario Matthew Donowho. La venta fue consecuencia de los litigios que enfrentó la Iglesia por problemas con el impago del plan de pensiones de empleados de los colegios católicos. El Arzobispado alega en un informe que nunca administró ese plan, sino que le tocó pagar los platos que rompió una entidad separada, la junta de un fideicomiso del plan de pensiones, y los patronos participantes.
…
Esta historia se publica en Metro gracias a una alianza con el Centro de Periodismo Investigativo, puede leer la historia original AQUÍ.