Christopher Nolan: Un director legendario
Pocos cineastas pueden presumir de una filmografía como la de Christopher Nolan. El legendario director se ha convertido en uno de los más grandes de todos los tiempos desde su llegada en los años 90, pasando de películas independientes cerebrales como Memento y Following, a ambiciosas superproducciones que desafían la mente como Inception y Oppenheimer, que dominó los premios Oscar. Además, cuenta con una de las mejores trilogías de superhéroes de todos los tiempos con las películas de Dark Knight, originales audaces como Interstellar y Tenet, y thrillers instantáneos clásicos como The Prestige y Dunkirk, lo que le ha valido una obra maestra para la posteridad. Y según cuenta el director a Empire, nada de esto salió como esperaba.
Un plan que cambió
Para la Edición Especial del Coleccionista de Christopher Nolan de Empire, nos sentamos con Nolan -y su pareja y productora Emma Thomas- para una importante entrevista que abarca toda su carrera, repasando todo lo que han logrado. Para un cineasta tan meticuloso, no será sorpresa que Nolan siempre tuviera un plan. “Cuando era joven, tenía una lista de, no sé cuántas, 12 o 13 películas… Tenía muchas ideas y muchas cosas muy específicas que iba a hacer. Y miro hacia atrás y no he hecho ninguna de ellas; todas cambiaron”, se ríe. “Cuando planeas demasiado en la industria cinematográfica, no tienes en cuenta los cambios culturales… [El cine] evoluciona. Y parte de tu trabajo como cineasta es estar abierto a ser parte de esa evolución”. Es innegable que las películas de Nolan han impulsado significativamente esa evolución cinematográfica, incluso si eso significaba no seguir sus planes iniciales. “Ha sido tremendamente divertido”, dice. “Habría sido muy aburrido hacer las cosas exactamente como pensé que las haría”.
Impulsando el arte del cine
Para Nolan, impulsar el arte del cine siempre ha sido uno de sus objetivos. “Estás tratando de agregar algo al cuerpo de trabajo del cine en general. Estás tratando de hacer algo un poco diferente”, dice. “Incluso si son algunas cosas que has visto antes, estás tratando de ayudar a evolucionar el lenguaje con otros cineastas de tu generación”.
El desafío de dirigir grandes producciones
Aunque comenzó con películas independientes, más tarde ingresó al sistema de estudios y pronto se encontró a cargo de presupuestos importantes y recursos significativos. “A medida que las películas se volvieron más grandes, comenzó a sentirse cada vez más como conducir un petrolero en lugar de una lancha rápida”, reflexiona. “Estaría parado allí con mi [director de fotografía] mirando en una dirección, luego giraríamos y diríamos: ‘¿Y si miramos en la dirección completamente opuesta?’ Y luego verías a 50 personas corriendo para seguirte, esta especie de cola larga de personas que tienes en la producción. Y ese es el desafío”.
Manteniendo la intimidad en proyectos innovadores
Incluso en sus proyectos más innovadores, como Oppenheimer, que recaudó mil millones en taquilla y arrasó en los Oscar este año, Nolan ha luchado por mantener sus métodos de trabajo tan íntimos como cuando comenzó. “A lo largo de los años, hemos encontrado formas de trabajar con personas que entienden que queremos usar esa máquina de una manera muy ágil”, explica. “Oppenheimer fue una de las mejores experiencias que tuvimos en ese sentido, porque hicimos la película muy, muy rápido. Tenía un reparto muy grande, mucha ambición, pero realmente avanzamos y lo hicimos de manera muy espontánea”. No podría ser más claro: el cine está realmente seguro en manos de Nolan.