En 1992 se estrenó la película “Ángel de fuego”, de la directora mexicana Dana Rotberg. Varios de los que vieron esta cinta, al principio no supieron qué decir, mientras otros se escandalizaron porque trataba temas hasta entonces “difíciles”, como la explotación y el abuso sexual infantil, además del incesto.
Impacto de “Ángel de fuego”
La trama, oscura y en cierto grado alucinante, trata de “Alma”, una niña tragafuegos de 13 años, embarazada por su padre, un payaso que al morir la deja sola, enfrentándose a un mundo de fenómenos que resulta ser un juez implacable y hostil.
Cambio de conciencia
Han pasado 32 años del estreno de la película, hoy considerada de culto, que, aunque ficticia, señalaba una realidad palpable de la sociedad mexicana, y, a decir de la directora Dana Rotberg (CDMX, 1960), no ha cambiado, aunque reconoce que ha habido significativos avances.
Los tabúes pudren
También productora y co-guionista del filme, Rotberg reflexiona sobre el concepto del “tabú”, que en su momento fue común denominador de las críticas hacia esta cinta. “Ignorar la realidad no desaparece el horror, es como las heridas que si no se ventilan se llenan de pus, y eso es lo que los tabúes hacen, como territorios prohibidos, violentamente confrontadores de nuestra condición humana.