México está enfocado en un futuro prometedor para el comercio internacional, a pesar de las amenazas de aranceles de la nueva administración de Donald Trump. La nación azteca ha decidido invertir fuertemente en su infraestructura portuaria, específicamente en el puerto de Manzanillo, con la esperanza de que las importaciones y exportaciones aumenten significativamente en los próximos años.
Inversión en el puerto de Manzanillo
Con una ampliación de 55 mil millones de pesos, el puerto de Manzanillo, ubicado en el estado de Colima, se posicionará entre los 20 principales puertos de contenedores del mundo. Este proyecto, gestionado por la Marina, busca duplicar la capacidad anual del puerto, alcanzando los 10 millones de contenedores de 20 pies, lo que lo convertiría en el puerto más activo de América Latina.
Características del nuevo puerto
La expansión, que se prevé finalizar en 2030, abarcará más de mil 800 hectáreas, en comparación con las 450 hectáreas actuales. Este crecimiento permitirá que el puerto de Manzanillo reciba mercancías de más de 140 países, incluyendo materiales para la industria automovilística y productos agrícolas. La inversión se dividirá entre el sector público y privado, con un compromiso significativo de empresas como Ferromex.
Desafíos geopolíticos y respuesta mexicana
A pesar de las tensiones geopolíticas y las amenazas de aranceles por parte de Trump, los funcionarios de Asipona Manzanillo se muestran optimistas sobre el futuro del puerto. La presidenta mexicana, Claudia Sheinbaum, ha afirmado que su gobierno tiene un plan para reducir las importaciones de China y fortalecer la producción local. Además, se ha enfatizado que la idea de que México actúe como una puerta trasera para China es incorrecta, destacando la baja proporción de componentes chinos en la industria automotriz mexicana.