El 12 de enero de 1990, Bob Dylan hizo historia al ofrecer el concierto más largo de su carrera en el Toad’s Place, un popular club nocturno en New Haven, Connecticut. Con una duración impresionante de 4 horas y 20 minutos y un repertorio de 50 canciones, este evento se convirtió en un hito que aún perdura en la memoria de los asistentes. Los 750 afortunados que compraron sus entradas por 18.5 dólares nunca imaginaron que lo que iba a ser un show habitual se transformaría en una experiencia casi interminable.
Un Concierto que Superó Expectativas
Los conciertos de Bob Dylan suelen durar entre una y dos horas, lo que hace que esta excepcional actuación destaque aún más. En comparación, su contemporáneo Bruce Springsteen es conocido por ofrecer shows más largos, con un récord de 4 horas y 6 minutos en Helsinki en 2012. Sin embargo, Dylan superó esta marca en una sola noche, sorprendiendo a sus seguidores y a la crítica.
El Contexto del Evento
El concierto se gestó cuando el manager de Dylan, amigo del promotor de eventos Jimmy Koplik, propuso al artista un show de ‘calentamiento’ para su gira ‘Fastbreak’. Las entradas se agotaron en solo 18 minutos, y aunque el concierto estaba programado para comenzar a las 8 pm, Dylan y su banda se presentaron con un ligero retraso. A las 8:45 pm, el legendario músico inició su actuación con una versión del tema “Walk a mile in my shoes” de Joe South.
Una Noche Inolvidable
Lo que comenzó como un set de una hora se transformó en una maratón musical cuando Dylan solicitó continuar tocando. El propietario del Toad’s Place, Brian Phelps, recuerda cómo la noche se convirtió en un verdadero festín musical, donde Dylan incluso versionó “Dancing in the Dark” de Bruce Springsteen, un hecho inédito en su carrera. El cuarto y último set comenzó a la 1 am y concluyó a las 2:20 am con la emblemática “Like a Rolling Stone”. A día de hoy, este concierto sigue siendo un referente en la trayectoria de Bob Dylan y un recuerdo imborrable para los que tuvieron la suerte de estar allí.