Decenas de activistas se congregaron frente a la embajada de Estados Unidos en la Ciudad de México para mostrar su rechazo a las políticas antimigratorias y proteccionistas de Donald Trump. En un acto simbólico, los manifestantes golpearon y quemaron una piñata con la figura del presidente estadounidense, como una forma de repudiar lo que consideran abusos contra los derechos humanos de los migrantes.
María García, una de las activistas presentes, explicó que la quema de la piñata se ha convertido en un símbolo de protesta desde el primer mandato de Trump. Además, destacó la preparación de México ante posibles deportaciones masivas, gracias a un programa transversal entre la sociedad civil y los tres niveles de gobierno. Sin embargo, reconoció la desesperanza que sienten algunos migrantes debido a la retórica de la nueva Administración Trump.
En otro sentido, Marsha Beya Rubyn, comisionada de Derechos Humanos y Migración para las Américas y el Caribe, resaltó la unidad que estas políticas han generado entre los migrantes de diversas nacionalidades. Rubyn afirmó que los migrantes aportan trabajo e impuestos a la economía de Estados Unidos, por lo que son considerados héroes. Asimismo, señaló que las políticas de Trump han logrado unir a todos los migrantes del mundo.
Simultáneamente, una marcha paralela recorrió las calles principales de la Ciudad de México, donde miles de personas protestaron contra el regreso de Trump a la presidencia. Los manifestantes exigieron el cese de políticas discriminatorias que afectan a migrantes y las relaciones bilaterales entre México y Estados Unidos. El recorrido culminó frente a la embajada estadounidense, en un llamado a la defensa de los derechos humanos y la igualdad.