El 5 de febrero de 1962 marcó un hito en la historia de la música cuando Ringo Starr se unió a The Beatles como batería suplente de Pete Best, quien se encontraba enfermo. Ese día, la banda ofreció dos conciertos en Liverpool, uno en el emblemático Cavern Club y otro en el Club Kingsway de Southport. Paul McCartney, recordando aquella jornada, afirmó que fue el momento en que “todas las piezas encajaron”, y que la sorprendente química entre los cuatro músicos fue evidente desde el primer acorde.
El inicio de una leyenda
Antes de la llegada de Ringo, los Beatles ya habían recorrido un camino significativo. Pete Best había sido elegido como batería tras haber impresionado a McCartney y Lennon con su actuación en Hamburgo. Sin embargo, su enfermedad dejó a la banda en una encrucijada. Ringo Starr, conocido por su trabajo con Rory Storm & The Hurricanes, fue rápidamente considerado como el reemplazo ideal debido a la familiaridad que tenían entre ellos tras haber compartido escenario en varias ocasiones.
El cambio de rumbo
La actuación de Ringo el 5 de febrero no solo fue su primera vez con la banda, sino que también sentó las bases para lo que sería la formación definitiva de The Beatles. A pesar de que Best había sido parte integral de la banda, la insatisfacción de George Martin con su estilo de batería llevó a una decisión difícil: despedirlo y darle la bienvenida a Ringo. El 16 de agosto de 1962, Best fue oficialmente reemplazado, lo que llevó a una serie de reacciones apasionadas de sus seguidores, quienes se manifestaron en contra de la decisión.
El legado de Ringo Starr
Con el tiempo, Ringo se ganó el corazón de los fanáticos y se integró completamente en la dinámica del grupo. Su primera sesión de grabación con The Beatles tuvo lugar en septiembre de 1962, aunque enfrentó incertidumbres sobre su futuro en la banda. Sin embargo, su talento y carisma lo consolidaron como un miembro esencial. A lo largo de los años, Ringo no solo se convirtió en un ícono de la batería, sino que también fue reconocido como parte fundamental de la historia del rock, siendo finalmente inducido al Rock and Roll Hall of Fame en 2015. En palabras de McCartney, aquel 5 de febrero fue, sin duda, el verdadero comienzo de The Beatles.