A un mes de asumir la presidencia de los Estados Unidos, Donald Trump ha cumplido con una de sus promesas de campaña al designar a varios cárteles mexicanos de la droga como organizaciones terroristas. Esta medida, que entra en vigor el 20 de febrero, incluye a grupos criminales como el Cártel de Sinaloa, el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), el Cártel del Golfo y la Nueva Familia Michoacana, que se suman a la lista de organizaciones ya reconocidas como terroristas, como Hamás.
Implicaciones de la clasificación de cárteles como terroristas
La designación de estos cárteles como terroristas conlleva serias repercusiones. Según la BBC, la lista de Organizaciones Terroristas Extranjeras (FTO) permite a Estados Unidos implementar mecanismos específicos de persecución y sanciones. Para que una organización sea incluida en esta lista, debe ser extranjera, participar en actos de terrorismo o tener la intención de hacerlo, y representar una amenaza para la seguridad de los estadounidenses.
Reacciones y medidas adicionales de Trump
Además de la designación de los cárteles, Trump ha anunciado otras medidas, como deportaciones masivas y un aumento de aranceles a México y Canadá. La ley de Designación de Cabecillas de Narcóticos Extranjeros, vigente desde 1999, permitirá a Estados Unidos negarles acceso al sistema financiero a los líderes de estos cárteles, dificultando así sus operaciones económicas y el lavado de activos.
Reacción del gobierno mexicano ante la decisión de Trump
Claudia Sheinbaum, presidenta de la Ciudad de México, ha respondido a las intenciones de Trump, anunciando que se ampliará la demanda contra los fabricantes de armas en Estados Unidos. Sheinbaum enfatizó que si los grupos delictivos son considerados terroristas, esto podría implicar una revisión de la responsabilidad de las armadoras y distribuidoras de armas que, según el Departamento de Justicia de EE.UU., son responsables de un alto porcentaje de las armas en manos de grupos criminales en México.