Las medidas arancelarias impuestas por el expresidente Donald Trump han tenido un impacto significativo no solo en la economía mexicana, sino también en la operativa de los cárteles de la droga en el país. Según una entrevista publicada en el diario estadounidense The New York Times, líderes de estas organizaciones criminales han revelado que los aranceles han forzado a muchos de ellos a realizar ajustes drásticos, como la venta de propiedades y el despido de personal, para hacer frente a la disminución de ingresos.
El impacto de los aranceles en el narcotráfico
Para mitigar el impacto de los aranceles y cumplir con las exigencias del gobierno estadounidense, la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, envió el 4 de febrero un contingente de 10,000 elementos de la Guardia Nacional a la frontera norte. Esta medida busca frenar la migración y combatir el tráfico de fentanilo, un opioide que ha generado preocupación en Estados Unidos. Sin embargo, a pesar de los esfuerzos de las autoridades mexicanas, el presidente Trump ha anunciado que a partir del 4 de marzo se implementará un arancel del 25% a productos mexicanos.
Reacción de los cárteles ante la presión gubernamental
Frente a la creciente presión del gobierno mexicano y la inminente imposición de los aranceles, algunos líderes de cárteles han comenzado a tomar medidas defensivas. En declaraciones a The New York Times, mencionaron que están importando escáneres para detectar drones, contratando más personal y adquiriendo armamento. Esta situación refleja un cambio en la dinámica del narcotráfico, donde los cárteles sienten una presión inusitada, temiendo incluso por su seguridad personal.
Preparativos ante un entorno hostil
Los líderes de los cárteles han expresado su preocupación por el aumento de la presión gubernamental y han comenzado a realizar preparativos para adaptarse a este nuevo entorno. Según sus testimonios, están aumentando los envíos de armas desde Estados Unidos y contratando expertos en el manejo de drones para contrarrestar las acciones de las fuerzas de seguridad. Este cambio en la estrategia de los cárteles indica que están dispuestos a enfrentar los desafíos que se avecinan, lo que podría intensificar aún más la violencia en la región.