La desgarradora historia de María y su familia secuestrada por el CJNG
La vida de María cambió drásticamente hace más de un año cuando su esposo, Rodrigo, y sus dos hijos, Mateo y Ramiro, fueron secuestrados por el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG). La última vez que pudo ver a Rodrigo fue a través de una videollamada en la que solo pudo decir: “Estoy bien. Trabajo para ellos”. Desde entonces, María no ha tenido noticias de su familia, quienes ahora son víctimas de reclutamiento forzado y, lamentablemente, han sido convertidos en sicarios del cártel.
La búsqueda desesperada de María
Tras el hallazgo de restos humanos en el Rancho Izaguirre, en Teuchitlán, Jalisco, donde el CJNG operaba un campo de adiestramiento, María decidió compartir su historia con grupos de buscadores de personas. En un intento por encontrar información sobre sus seres queridos, María se enfrentó a la indiferencia de las autoridades. Al acudir a la Fiscalía de Michoacán, le dijeron que “los han de traer trabajando en el cerro”. Esta falta de apoyo solo aumentó su angustia, mientras continuaba recibiendo amenazas de los secuestradores.
Pruebas de vida y rescate fallido
Tres meses después del secuestro, el CJNG se puso en contacto con María, exigiendo un rescate de 300 mil pesos a cambio de la liberación de su familia. A pesar de haber entregado dinero y recibir pruebas de vida, los prometidos encuentros nunca se concretaron. “Esperamos por horas y nadie llegó”, relató María, quien se siente atrapada entre la desesperación y la esperanza de que su familia regrese a casa.
El descubrimiento en redes sociales
En medio de su búsqueda, María encontró una fotografía en Facebook donde aparecían sus hijos, trabajando para el CJNG. Una mujer que publicó la imagen le confirmó que Mateo y Ramiro ahora eran parte del cártel. A pesar de la tragedia, María sigue con la esperanza de que su familia pueda escapar de esta vida y que las autoridades finalmente tomen medidas efectivas contra el cártel que ha devastado su hogar. “Aún tengo la esperanza de que el gobierno detenga al cártel o que mis hijos puedan salir de eso”, concluyó María, con la voz entrecortada.