El Gobierno de México enfrenta una nueva ronda de negociaciones en Washington
El secretario de Economía de México, Marcelo Ebrard, viaja este jueves a Washington para participar en la cuarta ronda de conversaciones con sus contrapartes estadounidenses. Su objetivo principal es evitar la implementación de aranceles del 25% que el presidente Donald Trump anunció para entrar en vigor el 2 de abril. Esta medida afectaría a todos los productos mexicanos exportados a Estados Unidos, lo que ha generado una creciente preocupación sobre el impacto económico que podría tener en el país.
Negociaciones críticas para el comercio mexicano
Durante su visita, Ebrard se reunirá con el secretario de Comercio de EE. UU., Howard Lutnick, y el titular de la Oficina del Representante Comercial (USTR), Jamieson Greer. En una reciente conferencia matutina, el funcionario mexicano destacó la importancia de estas negociaciones, afirmando que “estamos por salir en unos minutos hacia Washington” para abordar los temas comerciales cruciales que afectan a la economía mexicana.
Preocupaciones sobre los aranceles y su impacto económico
El Gobierno de México busca frenar la entrada en vigor de los aranceles generalizados, que representan un riesgo significativo para la economía nacional. Fitch Ratings ha rebajado su estimado de crecimiento para 2025 a 0%, y la OCDE ha advertido sobre una posible contracción del 1.3% en el PIB mexicano si se implementan los aranceles. Las exportaciones a Estados Unidos constituyen casi el 30% del PIB de México, lo que subraya la gravedad de la situación.
Estrategias para mitigar el impacto
A pesar de las preocupaciones, Ebrard ha descartado la posibilidad de una recesión económica en México para 2026, aunque reconoció los riesgos que podrían surgir. El Gobierno está trabajando en estrategias para mitigar el impacto de los aranceles, comunicándose con sectores clave como el automotriz y de autopartes para evaluar medidas que reduzcan las consecuencias de estos impuestos. La situación sigue siendo delicada y se espera que las negociaciones en Washington sean decisivas para el futuro económico del país.