El exgobernador de Puebla, Mario Marín ingresó este 2 de abril a la cárcel de alta seguridad del Altiplano, tras siete años de prisión domiciliaria.

La Fiscalía General de la República (FGR), a través de la Fiscalía especial en materia de Derechos Humanos (FEMDH), informó este miércoles 2 de abril que obtuvo revocación a la medida cautelar de prisión domiciliaria que pesaba sobre el exgobernador del estado de Puebla (2005-2011), Mario Marín, y lo reingresó al penal del Altiplano.
Esto por su presunta responsabilidad en el delito de tortura cometido en contra de la periodista Lydia Cacho.
En un comunicado, la FGR explicó que la decisión se dio luego de que el Tribunal Colegiado de apelación del vigésimo séptimo circuito, con sede en Cancún, Quintana Roo, revocó la medida cautelar de prisión domiciliaria otorgada por una jueza penal.
Por ello, agentes de la Guardia Nacional (GN), dependientes de la Secretaría de la Defensa Nacional (Defensa), “cumplimentaron la determinación de dicho Tribunal”.
¿Por qué el ‘Góber precioso’ regresó a prisión?
Marín, de 70 años, se encontraba bajo prisión domiciliaria, con brazalete electrónico y supervisión directa desde agosto de 2024″; sin embargo, la FEMDH, a través de la Fiscalía especial para la atención de delitos cometidos contra la libertad de expresión (Feadle) impugnó la decisión por considerar que no se ajustaba a derecho, por lo que se le internará en el Centro Federal de Reinserción Social número 1 ‘Altiplano’, del Estado de México.
Según la FGR, la decisión del Tribunal de alzada establece que “la resolución dictada en beneficio del imputado careció de fundamentación adecuada, no valoró los riesgos procesales y omitió considerar el riesgo de fuga y la gravedad de los hechos imputados”.
¿De qué se le acusa a Mario Marín?
Por su parte, el Ministerio Público Federal (MPF), enfatizó la trascendencia a nivel país del asunto “no solo por la naturaleza del delito de tortura, sino por tratarse de una agresión contra una periodista en ejercicio de su libertad de expresión, en un contexto de uso ilegítimo de las instituciones del Estado para reprimir el derecho a la información”.
Cacho, periodista y activista, fue detenida en diciembre de 2005 por una decena de policías que, sin contar con orden de captura, la trasladaron de Cancún al estado de Puebla en un vehículo propiedad del empresario de la industria textil José Kamel Nacif.
El empresario era uno de los principales señalados en el libro dedicado a la investigación del suceso titulado “Los demonios del Edén”, en el que la periodista denunció una trama de pornografía y prostitución infantil.
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Mario Marín regresa al penal del Altiplano
La Fiscalía General de la República (FGR) ha confirmado que el exgobernador de Puebla, Mario Marín, fue reingresado al penal del Altiplano el 2 de abril de 2025, tras haber estado bajo prisión domiciliaria durante más de siete años. Esta decisión se tomó luego de que un tribunal revocara la medida que le permitía cumplir su condena en casa, debido a su presunta implicación en el delito de tortura contra la periodista Lydia Cacho.
Revocación de la prisión domiciliaria
La FGR, a través de la Fiscalía especial en materia de Derechos Humanos, argumentó que la medida de prisión domiciliaria no se ajustaba a derecho y que Marín representaba un riesgo de fuga. La decisión del Tribunal Colegiado de apelación del vigésimo séptimo circuito, ubicado en Cancún, Quintana Roo, concluyó que la resolución anterior carecía de fundamentación adecuada y no consideró los riesgos procesales ni la gravedad de los hechos imputados.
Las acusaciones contra Marín
Mario Marín enfrenta serias acusaciones relacionadas con la tortura de Lydia Cacho, quien fue detenida en 2005 sin orden de captura y trasladada a Puebla en un vehículo de José Kamel Nacif, un empresario vinculado a la trama de prostitución infantil que Cacho denunciaba en su libro “Los demonios del Edén”. La FGR ha enfatizado la importancia del caso, no solo por la naturaleza del delito, sino por ser un ataque contra la libertad de expresión.
El contexto del caso
Este caso ha resonado en el ámbito nacional debido al uso indebido de las instituciones del Estado para reprimir el derecho a la información. La detención y tortura de Cacho son emblemáticas en la lucha por la libertad de prensa en México, y el regreso de Marín a prisión marca un nuevo capítulo en este prolongado proceso judicial. La sociedad observa de cerca el desarrollo de este caso, que sigue siendo un símbolo de la lucha contra la impunidad y la defensa de los derechos humanos en el país.