El comunicador y creador de contenido José Carlos González, conocido en redes sociales como “Ave Fénix”, fue asesinado a balazos este jueves en pleno centro de Acapulco, Guerrero. El ataque ocurrió cuando la víctima salía de un estudio de grabación donde acababa de participar en un programa, convirtiéndose así en un caso más de la alarmante violencia contra comunicadores en México.
Detalles del crimen
Según los reportes policiales, el crimen se perpetró en la esquina de la calle Manuel Mendoza y Avenida Cuauhtémoc, en el Centro de Acapulco. Hombres armados abordaron a González y le dispararon a quemarropa, sin darle oportunidad de escapar o defenderse. Este ataque se suma a un contexto de creciente violencia en el país, donde los comunicadores enfrentan serios riesgos por su labor informativa.
Un comunicador en peligro
Lo más impactante de este caso es que no era la primera vez que el comunicador se enfrentaba a un atentado contra su vida. El 15 de junio de 2023, González ya había sobrevivido a un ataque armado cerca del Mercado Central de Acapulco, donde recibió al menos dos impactos de bala en los antebrazos. A pesar de las heridas, logró recuperarse y continuar con su labor, lo que le valió el apodo de “Ave Fénix”, en referencia al mítico pájaro que renace de sus cenizas.
Una voz crítica silenciada
José Carlos González se había ganado notoriedad en la región por administrar la página de Facebook “El Guerrero, opinión Ciudadana”, que contaba con más de 142 mil seguidores. En esta plataforma, González se dedicaba principalmente a la sátira política local, un género que, aunque envuelto en humor, suele tocar temas sensibles y denunciar situaciones comprometedoras para figuras de poder. Su trabajo como comunicador crítico podría haber sido un factor determinante en su asesinato.
México: un país letal para los comunicadores
El asesinato de “Ave Fénix” se suma a la trágica lista de comunicadores que han perdido la vida en México por ejercer su profesión. Según datos de diversas organizaciones, más de 150 periodistas han sido asesinados en el país desde 1994, convirtiendo a México en uno de los territorios más peligrosos del mundo para ejercer el periodismo. La presencia del crimen organizado y altos niveles de impunidad crean un entorno hostil para quienes se dedican a informar o analizar la realidad social y política, lo que representa una crisis de seguridad que afecta a diversos sectores de la sociedad.