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Si estás buscando darle un giro sabroso y diferente a tus snacks, el queso de puerco puede ser la opción perfecta. Este producto, muy popular en la gastronomía mexicana, tiene un sabor característico que lo ha convertido en uno de los embutidos favoritos de muchos hogares y familias.
Recomendaciones de Profeco sobre el queso de puerco
No obstante, la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) recomienda degustarlo de manera consciente, ya que puede contener altos niveles de sodio, grasas saturadas y conservadores, causando un impacto negativo en la salud.
¿Qué es el queso de puerco?
Aunque la palabra “queso” nos hace pensar en un lácteo, el queso de puerco se trata de un embutido elaborado a partir de las partes carnosas, cutáneas y adiposas de la cabeza del cerdo, principalmente tejidos de la cara, orejas y otras zonas ricas en colágeno. Según la Revista del Consumidor de Mayo de 2025, este alimento se procesa junto con hierbas, especias, sal, fosfatos, nitritos y otros conservadores para potenciar su sabor y aumentar su duración.
Las mejores marcas de queso de puerco según Profeco
El organismo realizó un análisis de diferentes marcas de queso de puerco disponibles en el mercado. La evaluación consideró aspectos como la calidad sanitaria, la veracidad en el etiquetado y el contenido nutrimental.
Estos fueron los artículos más destacados y mejor evaluados:
- Alpino – $21 pesos por cada 100 g
- Capistrano – $25 pesos por cada 100 g
- FUD – $27 pesos por cada 100 g
- Galicia – $14 pesos por cada 100 g
- Tangamanga – $25 pesos por cada 100 g
Consideraciones sobre el consumo del queso de puerco
Gracias a su textura y sabor únicos, este producto se ha mantenido en el gusto de los clientes por generaciones. No obstante, debido a sus componentes, es fundamental comerlo con moderación y sin exceso.
La Procuraduría advierte que el queso de puerco puede tener un alto contenido de sodio y grasas saturadas, lo cual representa un riesgo para la salud cardiovascular. En la República, más del 40% de los adultos padecen hipertensión, y la mitad de ellos ni siquiera lo saben. Por ello, la dependencia aconseja disminuir la ingesta de este tipo de embutidos y revisar los valores nutrimentales en el empaque.