“Acabándose el narco, se acabarán los narcocorridos.” Esta contundente declaración de Mario Quintero Lara, líder de los Tucanes de Tijuana, resuena nuevamente en el debate sobre la música que narra la vida del narcotráfico en México. La agrupación, que ha sido objeto de controversia por sus supuestos vínculos con el Cártel de los Arellano Félix, revive las dudas sobre su relación con el narcotráfico, especialmente en un contexto donde se discuten la prohibición y la censura de los narcocorridos.
El legado musical de los Tucanes de Tijuana
Desde su surgimiento en la década de los 90, los Tucanes de Tijuana han conquistado al público mexicano con éxitos como La Chona, El Tucanazo y El Centenario. Estas canciones, que se convirtieron en himnos de fiesta, también están marcadas por su conexión con los narcocorridos, un subgénero que ha generado tanto admiración como críticas. Su música, que ameniza celebraciones en todo el país, también ha sido vinculada a figuras del narcotráfico, como Joaquín ‘El Chapo’ Guzmán y Héctor ‘El Güero’ Palma, líderes del Cártel de Sinaloa.
Vínculos sospechosos con el Cártel de los Arellano Félix
Recientemente, la periodista Mónica Garza reveló en un video de TikTok que un músico le advirtió sobre los peligros de hacer preguntas relacionadas con el narcotráfico. En una entrevista con los Tucanes, Garza cuestionó a Mario Quintero sobre los rumores que los relacionaban con el financiamiento de los Arellano Félix. Quintero, en respuesta, minimizó las especulaciones, sugiriendo que su popularidad en fiestas privadas podría haber alimentado tales rumores, pero admitió que no investigaban a sus clientes por razones de seguridad.
La polémica de los narcocorridos en la actualidad
La discusión sobre los narcocorridos cobra fuerza en el contexto de la propuesta de ley para su prohibición en México, impulsada por la administración de Claudia Sheinbaum. La frase de Quintero, “acabándose el narco se acabarán los narcocorridos”, se ha convertido en un símbolo del debate sobre la glorificación del narcotráfico en la música. Grupos como Los Alegres del Barranco también han enfrentado repercusiones legales por sus presentaciones, lo que ha llevado a una batalla entre la libertad de expresión y la censura en el ámbito musical. La controversia continúa, reflejando la compleja relación entre la cultura popular y el narcotráfico en México.