La influencer y presidenta de Raniza FC, Alana Flores, ha decidido romper el silencio tras convertirse en víctima de un deepfake. En un emotivo video, la creadora de contenido revela el impacto devastador que esta situación ha tenido en su salud física y mental, lo que ha llevado a muchos a reflexionar sobre el acoso digital y sus consecuencias.
El desgarrador testimonio de Alana
En un video profundamente personal, Flores confesó que se vio obligada a leer un texto preparado debido a su estado emocional. “Últimamente siento que mi mundo se ha convertido en un caos sin control”, expresó con evidente dolor. La influencer desmintió la autenticidad del material que circula en redes sociales, asegurando que “es una imagen falsa que ha sido alterada”. Además, enfatizó que no posee fotos ni videos de contenido sexual y que no tiene cuentas en plataformas como OnlyFans.
Crisis de salud por acoso digital
El testimonio de Alana se tornó aún más alarmante cuando reveló que había tenido que acudir al hospital debido a la repercusión física que esta situación ha tenido en su salud. “Me siento atrapada en un círculo de odio que no llega a un fin”, confesó, añadiendo que, a pesar de años de terapia, a veces siente que es imposible avanzar. Este tipo de acoso digital no solo afecta la salud mental, sino que también puede tener graves consecuencias físicas.
La lucha interna de una influencer
En un momento de honestidad brutal, Flores admitió: “Hay veces en las que solo quiero tirar la toalla”. Se cuestionó si realmente vale la pena continuar con su carrera en el fútbol, las redes sociales o el boxeo. Sin embargo, encontró fuerza en el amor por lo que hace y en el deseo de cumplir sus sueños, lo que la motiva a seguir adelante a pesar de las adversidades.
Acciones legales y responsabilidad
Inicialmente, Alana utilizó su cuenta en X para comunicar que el material que la afecta no es auténtico y que procederá legalmente. Aunque señaló a un usuario como presunto responsable, posteriormente eliminó esa acusación por razones que no aclaró. Este caso subraya la importancia de la responsabilidad en el uso de la tecnología y el impacto que el acoso digital puede tener en la vida de las personas.