La mexicana Elisa Carrillo Cabrera, una de las bailarinas de ballet más reconocidas a nivel internacional, emocionó al Auditorio Nacional tras despedirse de su interpretación de Bolero, coreografía de Maurice Béjart.
Una Gala Inolvidable en el Auditorio Nacional
El recinto de Paseo de la Reforma fue testigo de la gala “Elisa y amigos”, en donde la mexicana arrancó el aplauso del público tras interpretar una de las piezas de danza clásica más complejas a nivel físico, técnico y mental.
La Espectacular Interpretación de “Bolero”
Carrillo estuvo acompañada de 40 bailarines mexicanos en esta pieza icónica de Béjart, en una coreografía que creció en intensidad hasta un final cargado de energía, deseo y pasión. Además de la pieza estrella, la gala contó con la participación de más de 50 bailarines en escena, incluyendo a grandes estrellas del ballet internacional, quienes celebraron la amistad, la diversidad cultural y la excelencia escénica.
Un Agradecimiento Especial al Público
La recién nombrada directora de la escuela de ballet John Cranko Schule de Stuttgart, en Alemania, agradeció al público que se hizo presente en el coloso de Paseo de la Reforma. “¡Gracias mi México querido!”, frase que ocasionó una gran ovación de los asistentes a la gala.
La Maestría de Béjart y Ravel
Bolero, del francés Maurice Béjart, es considerada una obra maestra de la danza clásica que se acompaña de la composición homónima del también francés Maurice Ravel (1875-1937), una partitura extensa y repetitiva que hace de la coreografía un enorme reto para las y los bailarines.
La Evolución de la Coreografía
La interpretación recae en primera instancia en la bailarina o bailarín principal, en este caso Elisa Carrillo, quien sobre una enorme mesa roja y con tono calmado, como la música de Ravel, comienza en solitario a cautivar al público, dentro del que se encuentran 40 bailarines sentados a su alrededor y que primero son solo espectadores.
Un Clímax de Movimiento y Pasión
Al igual que la música de Ravel, la creación de Béjart va in crescendo y marca, cada vez, movimientos más intensos sobre la mesa, a los que suma poco a poco las y los demás intérpretes.
Con información de López-Dóriga Digital