Las autoridades de Chiapas y Oaxaca continúan evaluando los daños causados por las intensas lluvias y el aumento del caudal de los ríos tras el paso del huracán Erick, que tocó tierra en la costa del Pacífico mexicano. A medida que los remanentes de este fenómeno meteorológico se disipan, la preocupación por posibles deslaves e inundaciones se mantiene latente en la región, donde se ha reportado al menos una fatalidad: un niño de un año que se ahogó en un río crecido.
Impacto del huracán ‘Erick’ en la región
El huracán Erick, que llegó a ser de categoría 4, se debilitó a categoría 3 antes de tocar tierra cerca de Acapulco y Puerto Escondido. A su paso, dejó un rastro de deslaves, cortes de carreteras y daños en las líneas eléctricas, lo que ha llevado a las autoridades a tomar medidas preventivas. Los residentes, recordando el devastador impacto del huracán Otis en 2023, se prepararon con cautela ante la llegada de Erick, lo que resultó en una respuesta organizada ante la emergencia.
Condiciones climáticas y advertencias de las autoridades
Las proyecciones meteorológicas indican que las intensas precipitaciones podrían continuar, con estimaciones de hasta 40 centímetros de lluvia en Oaxaca y Guerrero. Esta situación representa un alto riesgo de inundaciones y deslaves, especialmente en áreas montañosas. Roberto Arroyo, director de Protección Civil en Guerrero, destacó que la población ha seguido las recomendaciones de seguridad, aunque la amenaza de lluvias persistentes sigue siendo preocupante.
Reapertura gradual y la memoria de Otis
A pesar de las condiciones adversas, algunos negocios en Acapulco han comenzado a reabrir, mientras que las escuelas permanecerán cerradas para garantizar la seguridad de los estudiantes. Los residentes, aunque temerosos por el recuerdo de Otis, han decidido retomar sus actividades. La comunidad enfrenta el desafío de limpiar escombros y restaurar la normalidad, mientras la memoria de la devastación de 2023 aún resuena en sus corazones.