El C5 de la CDMX desmiente acusaciones de hackeo
El Centro de Comando, Cómputo, Comunicaciones y Contacto Ciudadano (C5) de la Ciudad de México ha respondido a las afirmaciones del Departamento de Justicia de Estados Unidos, que indicaron que un hacker utilizó las cámaras de vigilancia de la ciudad para rastrear y asesinar a informantes del FBI. En un comunicado emitido el pasado sábado, el C5 aclaró que los incidentes mencionados ocurrieron en 2018, durante la administración del expresidente Enrique Peña Nieto y el entonces jefe de gobierno, Miguel Ángel Mancera.
Hechos ocurridos en el pasado
El C5 enfatizó que “los hechos referidos ocurrieron en 2018” y subrayó que en ese momento existía una negación sobre la presencia del crimen organizado, lo que llevó a una manipulación de las cifras de delincuencia. Durante ese periodo, el homicidio doloso alcanzó niveles alarmantes. Además, el organismo destacó que desde la gestión de Claudia Sheinbaum, el sistema de vigilancia ha sido reforzado, cuadruplicando el número de cámaras y mejorando la seguridad integral del sistema.
Medidas de seguridad implementadas
Salvador Guerrero Chiprés, Coordinador General del C5, aseguró que no existen registros de intrusiones exitosas en el sistema y que se llevan a cabo análisis periódicos para detectar y mitigar vulnerabilidades. Las medidas de seguridad actuales incluyen control estricto de accesos, cifrado de datos y monitoreo constante de actividades, lo que ayuda a prevenir ataques cibernéticos. Asimismo, el C5 recordó que el propio FBI ha sufrido ataques informáticos en varias ocasiones, lo que contrasta con la seguridad de su sistema de cámaras.
Contexto de las acusaciones
Las acusaciones del Departamento de Justicia de Estados Unidos surgen en un contexto donde se investiga al Cártel de Sinaloa por el uso de tecnología local para seguir a un agente del FBI y localizar a informantes, algunos de los cuales fueron asesinados. El C5 ha reiterado que no hay evidencia que vincule su sistema de vigilancia con estos delitos, enfatizando que el reporte del FBI no especifica si las cámaras utilizadas eran públicas o privadas, lo que deja abierta la posibilidad de que no estén relacionadas con su infraestructura.