Los cárteles mexicanos han encontrado en el huachicol de combustibles un negocio altamente lucrativo que ha fortalecido sus finanzas. Esta actividad ilegal no solo les permite sustraer combustible de los ductos de Petróleos Mexicanos (Pemex), sino que también les ha facilitado establecer conexiones con intermediarios en Estados Unidos para la venta de crudo, gasolina y diésel extraído de manera ilegal. Según reportes del diario Financial Times, esta red criminal también ha permitido que combustible ingresara ilegalmente desde Estados Unidos hacia México, aumentando la complejidad de la situación.

Indicios del huachicol proveniente de EU a México

Desde hace años, México ha sido testigo del robo de combustible por parte de grupos criminales que operan en diversas regiones del país. En los últimos cinco años, esta actividad se ha transformado en un negocio transnacional, con miles de litros de combustible llegando a México a través de embarcaciones y vías férreas, principalmente desde Texas. La corrupción en puntos aduaneros y la falta de controles adecuados han facilitado este tráfico ilícito, que ha representado entre el 16 y el 27 por ciento del consumo anual de combustibles en México, equivalente a entre 12 mil y 21 mil millones de dólares al año.

¿Cómo opera la red de huachicol desde EU?

El crimen organizado ha identificado lagunas legales en la regulación fiscal mexicana, específicamente en relación al Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS), que no se aplica a las importaciones de lubricantes industriales. Esto ha permitido que buques lleguen a México bajo la fachada de transportar lubricantes, mientras que en realidad traen diésel. Este modus operandi se evidenció en 2022, cuando la importación de lubricantes superó la demanda nacional, lo que levantó sospechas. Casos como el del buque Cosmic Glory, que transportaba diésel disfrazado de aditivos para aceites, han puesto de manifiesto la magnitud de esta operación.

¿A dónde se distribuye el huachicol que llega de EU?

El mercado del combustible ilícito se concentra principalmente en los estados fronterizos con Estados Unidos, como Sonora, Chihuahua, Nuevo León, Zacatecas y Aguascalientes. Gasolineras en estas regiones han ofrecido precios significativamente más bajos que las estaciones que operan con combustible legal, atrayendo a consumidores. Un ejemplo es la gasolinera KPetrom en Apodaca, Monterrey, que fue reconocida por la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) por sus precios competitivos, aunque posteriormente fue clausurada por irregularidades en el origen del combustible. La empresa se deslindó de las operaciones ilegales, alegando que su imagen fue utilizada sin autorización.

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