En los últimos días, medios nacionales e internacionales difundieron información preocupante sobre Tajín, basada en un artículo de la organización El Poder del Consumidor, que en algunos casos fue confundida con Profeco. La polémica giró en torno al dióxido de silicio, un ingrediente usado como aglutinante en el producto.

Los riesgos del consumo excesivo de Tajín

Según El Poder del Consumidor, el dióxido de silicio podría causar problemas de salud graves, como silicosis si se inhalara y toxicidad aguda con consumo prolongado, afectando pulmones, sistema nervioso y funciones celulares. Sin embargo, esta información luego fue retirada de su portal, donde ahora se destaca principalmente el alto contenido de sodio en una cucharadita de Tajín Clásico.

Una porción de 5 gramos contiene 968 miligramos de sodio, equivalente al 48% del consumo máximo diario recomendado para un adulto y al 64% para un menor, según la Organización Mundial de la Salud. El exceso de sodio está relacionado con un mayor riesgo de enfermedades cardiovasculares y otras complicaciones de salud.

¿Es seguro el dióxido de silicio en los alimentos?

Rafael Carbajal, ingeniero en biotecnología de alimentos, señaló que el dióxido de silicio es un aditivo común y seguro, aprobado por el Codex Alimentarius, utilizado para evitar que los alimentos se aglutinen. Además, este compuesto se encuentra de forma natural en alimentos como el plátano, el huevo y los guisantes verdes.

La clave está en la moderación y el consumo ocasional. Aunque el dióxido de silicio no representa un riesgo significativo en las cantidades usadas, el alto contenido de sodio sí debe tomarse en cuenta para proteger la salud cardiovascular. Tajín sigue siendo un condimento muy popular que puede disfrutarse con precaución, evitando el exceso para prevenir posibles afectaciones a largo plazo.

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