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Fernández Noroña, el senador en la mira por su lujosa propiedad

La reciente revelación de que el senador Gerardo Fernández Noroña es propietario de una casa valuada en 12 millones de pesos ha generado un torrente de críticas. Este hecho ha puesto en tela de juicio sus discursos de austeridad, que ha mantenido a lo largo de su carrera política. La propiedad, ubicada en Tepoztlán, Morelos, contrasta notablemente con su narrativa de vivir como un “hombre del pueblo” y ha llevado a muchos a cuestionar su compromiso con la austeridad republicana.

Un pasado de críticas a la opulencia

Desde 2009, Noroña ha sido un ferviente crítico de los excesos y privilegios de sus colegas legisladores, acusándolos de traicionar la confianza del pueblo. En sus discursos, denunciaba la hipocresía de quienes, en su opinión, viven del pueblo y, al mismo tiempo, disfrutan de lujos. “No tienen cara con qué salir a la calle”, exclamaba, exigiendo una renuncia a los privilegios y una vida más austera.

La respuesta del senador ante las críticas

Ante el escándalo, Fernández Noroña ha defendido su propiedad, afirmando que la adquirió mediante un crédito hipotecario y que está pagando con sus ingresos como senador. En su opinión, esta vivienda, que ha declarado en su patrimonio, es un símbolo de su éxito legítimo. La casa, de diseño rústico y amplios jardines, refleja su estilo personal y su amor por las artesanías mexicanas, aunque muchos la ven como un contraste a su discurso de austeridad.

Detalles de la lujosa residencia en Tepoztlán

La propiedad de Noroña se extiende por aproximadamente 1,200 metros cuadrados, con una construcción de 259 metros cuadrados. Su diseño incluye una amplia terraza y espacios abiertos rodeados de vegetación, donde el senador asegura disfrutar de su tiempo libre. Sin embargo, la pregunta persiste: ¿puede un político que promueve la austeridad justificar la posesión de una casa tan lujosa? Este dilema sigue alimentando el debate sobre la ética en la política mexicana.

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