Cuando el tango empieza a sonar, Lidia Beltrán exorciza el Parkinson que la entumece, abraza a su terapeuta y baila con meticulosa fluidez junto a otros pacientes en un tratamiento innovador que impulsó un hospital público de Buenos Aires. Este enfoque ha permitido que alrededor de 200 pacientes participen en talleres de tango durante los últimos 15 años, con el objetivo de estudiar su impacto en la evolución de los síntomas de esta enfermedad neurodegenerativa y ofrecer herramientas de rehabilitación.

El tango como terapia para el Parkinson

El hospital Ramos Mejía ha sido pionero en la implementación de estos talleres, donde se investiga cómo el tango puede ayudar a mejorar la calidad de vida de los pacientes con Parkinson. Según la neuróloga Nélida Garretto, el tango, al ser una danza caminada, se centra en trabajar la detención y el inicio de los pasos, así como en desarrollar estrategias para caminar con mayor fluidez. Este enfoque no solo busca investigar, sino también brindar a los pacientes herramientas prácticas para enfrentar su día a día.

Resultados alentadores en la rehabilitación

Los resultados obtenidos han sido sorprendentes. Muchos pacientes han encontrado maneras de aliviar síntomas como el bloqueo motor que les dificulta la marcha. Por ejemplo, una paciente mencionó que cuando se siente “congelada”, utiliza la figura del “ocho” en el tango para liberarse de esa sensación. Este tipo de estrategias no solo mejora la movilidad, sino que también ayuda a construir una “pista sensorial” que facilita el caminar.

La felicidad que brinda el baile

Cada martes, los pacientes asisten a los talleres donde bailan con personas sanas, guiados por danzaterapeutas. Para muchos, como Emilia, de 86 años, el tango representa una fuente de felicidad y recuerdos de juventud, a pesar de las dificultades que enfrenta para llegar al salón. La danza no solo mejora su estabilidad física, sino que también tiene un impacto positivo en su estado de ánimo, ayudando a combatir el aislamiento social y la depresión que a menudo acompaña al Parkinson.

El poder del tango en la neurorehabilitación

El tango no es solo una danza; es una herramienta poderosa en la rehabilitación de pacientes con Parkinson. La música, el ritmo y la necesidad de interactuar con la pareja durante el baile crean múltiples estímulos que favorecen la resolución de problemas simultáneos, un desafío común en esta enfermedad. Al finalizar cada clase, el aplauso y el aire de satisfacción que se respira son prueba del impacto positivo que el tango tiene en la vida de estos pacientes, recordándoles que, después de todo, “¿quién les quita lo bailado?”.

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