La Procuraduría Federal del Consumidor ha lanzado una alerta a los consumidores sobre la creciente práctica de la obsolescencia programada, una estrategia utilizada por fabricantes de dispositivos electrónicos que afecta tanto la economía familiar como el medio ambiente. Esta advertencia fue publicada en la edición de septiembre de la Revista del Consumidor, donde se detallan las implicaciones de esta táctica en el día a día de los usuarios.

¿Tus dispositivos están diseñados para fallar?

La obsolescencia programada es una táctica deliberada que busca limitar la vida útil de los productos, forzando a los consumidores a reemplazarlos antes de lo esperado. La Profeco ha identificado que esta práctica se ha vuelto común en dispositivos electrónicos y electrodomésticos, como celulares, computadoras, y microondas. Se han documentado cinco modalidades a través de las cuales los fabricantes inducen el fin anticipado de sus productos, incluyendo el uso de materiales frágiles y la falta de refacciones.

Impacto en el medio ambiente y la economía familiar

Las consecuencias de la obsolescencia programada son alarmantes. En términos ambientales, los productos desechados inadecuadamente generan basura electrónica, una de las formas más peligrosas de contaminación. México produce alrededor de 1.2 millones de toneladas métricas de este tipo de residuos al año, lo que representa un grave riesgo para la salud pública y el entorno. Desde el punto de vista económico, esta táctica obliga a los consumidores a gastar continuamente en nuevos productos, elevando el costo de vida sin garantizar calidad o durabilidad.

Acciones para combatir la obsolescencia programada

La Profeco propone varias acciones para enfrentar esta problemática, incluyendo la mejora en la gestión de residuos electrónicos, la regulación de la obsolescencia programada, y la promoción de una economía circular que fomente la reutilización y reparación de dispositivos. Además, se destaca la importancia de educar a la población sobre el consumo responsable. La necesidad de replantear nuestros hábitos de consumo es urgente, y tanto fabricantes como consumidores deben trabajar juntos para encontrar soluciones que impacten positivamente en la sociedad y el medio ambiente.

Share.
Exit mobile version