El legado de Jim Morrison, icónico líder de The Doors, sigue resonando a través de las décadas, incluso en temas tan actuales como el cambio climático. Aunque su trágica muerte ocurrió en julio de 1971, su obra ha cobrado nueva vida en el contexto de la lucha por la sostenibilidad. El 30 de enero de 2007, más de 35 años después de su fallecimiento, se presentó una composición inédita del artista, titulada ‘Woman in the Window’, como parte de la campaña Global Cool, que buscaba concienciar sobre la reducción de las emisiones de dióxido de carbono.
Una advertencia visionaria de 1969
En 1969, Morrison grabó ‘Woman in the Window’ en un momento de creatividad desbordante. Este poema, que fue grabado ‘a capela’, es considerado por muchos como una inquietante advertencia sobre los peligros del calentamiento global. La grabación, que formó parte de una colección erróneamente titulada ‘The Lost Paris Tapes’, se realizó en los estudios Elektra Sound Studios de Los Ángeles. El ingeniero de sonido John Haeny guardó el material, que fue encontrado entre las pertenencias de Morrison tras su muerte.
La última grabación de Morrison en París
La última grabación que realizó Morrison antes de su muerte fue una lectura de poemas en París, donde se unió a músicos callejeros en un estado de aparente ebriedad. Aunque el teclista de The Doors, Ray Manzarek, catalogó esa grabación como “sandeces de borracho”, se considera que fue un momento significativo en la vida del artista, marcando su conexión con la música y la poesía. Solo dos semanas después de esta grabación, Morrison fue encontrado sin vida en su hogar.
‘Woman in the Window’ se convierte en himno ambiental
En el lanzamiento de Global Cool, el poema de Morrison fue reimaginado por Perry Farrell y su banda Satellite Party, convirtiéndose en el himno oficial de la campaña. Farrell comentó que la nueva versión sonaba como si Morrison estuviera comentando el mundo actual. Dan Morrell, fundador de Global Cool, destacó la relevancia del poema en el contexto de los desafíos ambientales contemporáneos, haciendo eco de la línea “Hombre, tú eres malvado, sal de mi jardín”, que resuena con la urgencia del mensaje ambiental actual. La obra de Morrison sigue siendo un recordatorio de los riesgos que enfrenta nuestro planeta.