El 16 de marzo de 1985 marcó el final de una era en la música española con el cierre de Rock-Ola, la emblemática sala de conciertos que se convirtió en el epicentro de la movida madrileña y la nueva ola del pop. Este histórico local, que albergó a algunas de las bandas más influyentes de la década de los 80, fue precintado por las autoridades tras un trágico incidente que dejó una profunda huella en la cultura musical del país.
Un trágico suceso que selló el destino de Rock-Ola
El cierre de Rock-Ola fue precedido por un violento altercado que tuvo lugar a las puertas de la sala. Durante una pelea entre rockers y mods, Demetrio Jesús Lefler, un joven de 17 años, perdió la vida tras ser apuñalado. Este incidente llevó a la entonces concejala del distrito de Chamartín, Pilar García Sacristán, a confirmar el cierre de la sala, que ya había recibido una orden de clausura por deficiencias en las medidas de seguridad. La memoria reciente de otros trágicos incendios en locales nocturnos aumentó la presión sobre las autoridades para actuar.
Un legado musical inigualable
Inaugurada el 31 de marzo de 1981, Rock-Ola se transformó de un bingo a un vibrante club donde se presentaron grupos icónicos como U.K. Subs, Alaska y los Pegamoides, y Hombres G. Durante sus cuatro años de actividad, la sala se convirtió en un escenario donde brillaron tanto artistas nacionales como internacionales, incluyendo a Depeche Mode, Simple Minds y Nick Cave. El último concierto se llevó a cabo el 15 de marzo de 1985, justo un día antes de su cierre, dejando a los aficionados con un sentimiento de pérdida palpable.
Rock-Ola: un símbolo de modernidad y transgresión
Rock-Ola no solo fue un lugar para disfrutar de música en vivo, sino también un punto de encuentro para personalidades de la cultura española, como el cineasta Pedro Almodóvar. Su ambiente vibrante y su oferta musical reflejaban el espíritu de una época marcada por la modernidad y la transgresión. La clausura de esta sala emblemática no solo significó el fin de un local, sino también el cierre de un capítulo fundamental en la historia de la música en España, dejando un legado que perdura hasta nuestros días.