En Mazatlán, Sinaloa, una peculiar estructura de color marrón ha capturado la atención de los transeúntes en la Avenida del Mar. Esta edificación, que recuerda a una caverna, fue en su momento el epicentro de eventos exclusivos y espectáculos extravagantes, convirtiéndose en un símbolo de la vida nocturna de la ciudad durante las décadas de 1980 y 1990. Se trataba del famoso Frankie Oh, una discoteca que, bajo la administración del clan Arellano Félix, ofrecía un ambiente de lujo y entretenimiento sin igual.
El esplendor del Frankie Oh
Durante su apogeo, el Frankie Oh se convirtió en un lugar de referencia en el entretenimiento de la región. Con un diseño de dos plantas y un amplio lobby, los asistentes esperaban en largas filas para tener acceso a un mundo de música y espectáculos únicos. Entre sus atractivos, se encontraban leones, tigres y otros animales exóticos que formaban parte del show, creando una experiencia inolvidable para quienes lograban ingresar. El recinto también fue testigo de combates de boxeo protagonizados por el legendario Julio César Chávez, quien peleó allí en dos ocasiones, atrayendo a miles de fanáticos.
El declive del Frankie Oh
A pesar de su éxito, el Frankie Oh no estuvo exento de controversias. Nunca se registraron incidentes violentos que pudieran llevar a su clausura, lo que sugiere que la influencia del Cártel de Tijuana pudo haber protegido el establecimiento de la mirada de las autoridades. Sin embargo, a mediados de los años 90, la Procuraduría General de la República (PGR) confiscó el inmueble en medio de investigaciones sobre el tráfico de drogas y lavado de dinero relacionados con los Arellano Félix. La discoteca, que había sido un símbolo de opulencia, quedó en el olvido y fue objeto de vandalismo y abandono.
El renacer del Frankie Oh
Después de casi dos décadas de abandono, el Frankie Oh ha comenzado a resurgir. En un giro inesperado, la cadena de restaurantes Hard Rock ha anunciado una inversión de 550 millones de dólares para revitalizar el icónico lugar. Este ambicioso proyecto promete transformar la antigua discoteca en un nuevo centro de entretenimiento, marcando el regreso de un espacio que alguna vez fue sinónimo de lujo y extravagancia en Mazatlán. El renacer del Frankie Oh no solo representa una nueva etapa para el lugar, sino también una oportunidad para recordar su historia fascinante y compleja.