El universo creativo de Pablo Alborán va más allá de la música. En una reciente entrevista con LOS40, el artista malagueño compartió su diccionario personal, donde cada palabra está impregnada de emociones y experiencias que reflejan su forma de ver el mundo. Desde la fama hasta el amor, pasando por su conexión con Málaga y su visión sobre la masculinidad, Alborán se abre para revelar las claves de su imaginario creativo.
La dualidad de la fama
Para Pablo Alborán, la fama es una espada de doble filo. “A mí se me ha conocido siempre por mi trabajo, y eso es una suerte”, afirma. Aunque reconoce que la exposición pública forma parte de su vida, también defiende su derecho a mantener su privacidad. “Nunca me he escondido de nada, jamás”, asegura, refiriéndose a su experiencia con la atención mediática, que ha ido creciendo desde sus inicios en la música.
El amor como motor creativo
“Todo lo que hago, lo hago por amor”, declara con firmeza. Para Alborán, el amor es el hilo conductor de su obra musical. Dos de sus temas más significativos, Prometo y Que siempre sea verano, representan tanto su pasión como las heridas que ha enfrentado. Esta conexión emocional se traduce en cada una de sus canciones, haciendo del amor el núcleo de su arte.
Reflexiones sobre masculinidad y la industria musical
Alborán también aborda la masculinidad desde un enfoque sensible, desafiando los estereotipos tradicionales. “No me parece que llorar te haga frágil”, sostiene, y enfatiza la importancia de expresar emociones sin miedo al juicio. Además, su relación con la industria musical es positiva; la ve como un aliado que le ha permitido crecer. “He visto la industria mutar desde muy chiquito”, comenta, reconociendo tanto sus desafíos como sus oportunidades.
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