La cancelación del Nuevo Aeropuerto Internacional de México (NAIM) por parte del presidente Andrés Manuel López Obrador sigue generando controversia. Este proyecto, que había sido aprobado y respaldado por sus predecesores, desde Vicente Fox hasta Enrique Peña Nieto, se había convertido en un símbolo del desarrollo económico del país antes de ser suspendido en 2018. La decisión ha sido objeto de debate sobre su viabilidad y sus implicaciones para el futuro del transporte aéreo en México.
Antecedentes del NAIM
El NAIM fue inicialmente propuesto durante la administración de Peña Nieto, quien lo presentó como una solución necesaria para la saturación del Aeropuerto Internacional Benito Juárez. Sin embargo, la idea de construir un nuevo aeropuerto en Texcoco no era nueva; ya había sido discutida y comenzada durante las presidencias de Fox y Calderón, quienes realizaron estudios y adquirieron terrenos para su desarrollo. Fox afirmó que existía un acuerdo con el PRI para seguir adelante con la obra, pero que la oposición de AMLO fue el principal obstáculo que enfrentó el proyecto.
Opiniones sobre la cancelación
En un reciente documental, Vicente Fox expresó su descontento con la decisión de AMLO, afirmando que el NAIM habría traído un desarrollo significativo al país. Por su parte, Felipe Calderón defendió el proyecto, asegurando que su administración había trabajado en su viabilidad y que los problemas relacionados con la adquisición de tierras habían sido resueltos de manera confidencial. Además, Calderón argumentó que el lago de Texcoco, donde se planeaba construir el aeropuerto, no representaba un riesgo ambiental, desmintiendo preocupaciones sobre su impacto ecológico.
La transición y el futuro del transporte aéreo en México
La transición entre las administraciones también jugó un papel crucial en el destino del NAIM. Calderón reveló que su equipo había solicitado que el anuncio de la construcción del aeropuerto fuera hecho por Peña Nieto, quien finalmente lo incluyó en su agenda. A pesar de las críticas sobre la cancelación, Peña Nieto defendió la transparencia del proyecto, afirmando que nunca se había comprobado malversación de fondos. La controversia sigue abierta, y el futuro del transporte aéreo en México depende de cómo se resuelvan estas tensiones políticas y económicas.