Con la llegada de agosto, muchos se preguntan cuál será la canción del verano 2025. Sin embargo, hasta el momento, no parece haber un tema que haya logrado consolidarse como tal. Aunque todavía hay tiempo para que una melodía se convierta en el himno de esta temporada, la búsqueda de la “canción del verano” se ha vuelto cada vez más complicada. En años anteriores, éxitos como Despechá de Rosalía o Quédate de Quevedo marcaron la pauta, pero este año parece que la historia es diferente.
Un repaso a las canciones del verano anteriores
En 2024, Karol G lanzó Si Antes Te Hubiera Conocido, una de las candidatas más fuertes al título, compitiendo con La Potra Salvaje de Isabel Aaiún. En 2023, la escena musical estuvo dominada por Columbia de Quevedo y Nochentera de Vicco, mientras que Aitana y Lola Índigo también presentaron propuestas que resonaron en el público. Sin embargo, este año parece que ninguna canción ha logrado ese impacto colectivo que se espera en verano.
La dificultad de encontrar la canción del verano
El concepto de “canción del verano” tiene sus raíces en los años sesenta, cuando Italia lanzó el concurso Un disco per l’estate para dar visibilidad a nuevos artistas. Este formato se popularizó y se extendió a otros países, creando una tradición estival en la música. En España, la llegada de LOS40 Principales en 1966 reforzó esta idea, pero hoy en día, la diversificación en el consumo musical ha complicado la identificación de una única canción que represente a toda una temporada.
La banda sonora de este verano 2025
A principios de junio, comenzaron a surgir candidatos para la canción del verano, como MOJA1TA y No tiene sentido de Beéle. Aunque estas canciones han tenido un buen desempeño en las listas de éxitos, ninguna ha logrado resonar de manera unánime entre el público. No tiene sentido ha estado en el Nº1 de la Lista de LOS40, pero la competencia se ha intensificado con otros temas como La Plena de Ovy On The Drums. A pesar de la variedad de opciones, el concepto de “canción del verano” parece desvanecerse, convirtiéndose en una etiqueta nostálgica más que en un fenómeno musical colectivo.