¿El show de Rihanna fue malísimo?
Depende a quién le preguntes.
En redes sociales se ha observado una tendencia a los comentarios negativos sobre el show que ofreció Rihanna en el Medio Tiempo del Super Bowl.
Sin embargo, me parece que el problema no radica en el show por sí mismo, sino en las expectativas que muchos teníamos respecto a este.
Que si iba a cantar TODOS sus grandes éxitos.
Que si iba a tener invitados como Jay-Z, Eminem o Drake.
Que si veríamos a Tom Holland bailando espectacularmente Umbrella.
Que si Rihanna iba a volar y sacar fuego por la boca…
Y es que, así de absurdas como la última afirmación, son las ideas que los fans nos hacemos cada que anuncian un artista nuevo para presentarse en el show de medio tiempo.
Esta vez, Apple Music y la NFL no nos entregaron el fan service al que estábamos acostumbrados con los shows de los últimos años.
Pero, ¿cómo no vamos a esperar un show de locura? Pensemos en la enorme cantidad de recursos y publicidad que se invierten en el evento, así como el gran historial de espectáculos memorables que se han presentado en el pasado.
Entonces, ¿sí estuvo pésimo el show de Rihanna?
No. Estuvo pésimo para las enormes expectativas que se tenían.
Es verdad que se esperaba mucho en el aspecto musical, sin embargo, cada detalle de su presentación estuvo meticulosamente cuidado y ofreció 13 minutos dignos de ser transmitidos a nivel mundial.
Aunque los primeros shows de medio tiempo solo fueran vistos como algo que entretuviera a los asistentes durante los 15 minutos muertos del partido, hoy se ha convertido en el espectáculo musical televisado más importante cada año.
Y como consecuencia, en el mejor escaparate para marcas y patrocinadores.
Rihanna supo aprovecharlo muy bien, unos segundos retocándose el maquillaje bastaron para que las búsquedas de su marca Fenty crecieran más del 833 por ciento.
Un efecto similar con Savage X, su marca de lencería que se encargó de diseñar la vestimenta blanca que usaron los bailarines.
Entonces, podemos decir que la cantante supo capitalizar al máximo su participación en el Super Bowl.
Hay quienes han catalogado el hecho de que haya actuado embarazada como un gran statement feminista.
Pero lo que termina opacando todos estos logros son las expectativas no cumplidas, que muchas veces son poco realistas.
Y estas expectativas, no son culpa de Rihanna, ni de Apple Music, ni de la NFL. Son culpa de cada uno de nosotros y, por supuesto, de los medios que con tal de tener unos cuantos clics, alimentan falsas ilusiones respecto a este y muchos otros eventos.