La Basílica de Guadalupe en la Ciudad de México volvió a convertirse en el epicentro de la devoción religiosa, recibiendo a millones de peregrinos que celebran a la Virgen de Guadalupe. Este año, la festividad ha generado una derrama económica histórica estimada en 20 mil millones de pesos, lo que representa un incremento del 22.5 por ciento en comparación con el año anterior. La unión de nacionales y extranjeros en esta celebración resalta el fervor y la solidaridad que caracteriza a los mexicanos en esta época del año.
La historia de Natasha: un viaje de fe y esperanza
Entre los rostros de los peregrinos se encuentra Natasha, una migrante venezolana que vende rebozos de la Virgen en las afueras de la Basílica. Su objetivo es reunir fondos para cruzar la frontera hacia Estados Unidos, y espera que su fe le conceda el milagro de obtener una cita con la CBP. “Pagarle la promesa a la virgen si nos llega a salir la cita”, comenta Natasha, quien busca un futuro mejor para su familia mientras se encuentra rodeada de devotos que llegan a rendir homenaje a la Morenita del Tepeyac.
La devoción de los peregrinos y el impacto económico
La celebración de la Virgen de Guadalupe no solo es un evento religioso, sino también un fenómeno económico que involucra a múltiples sectores. Comerciantes ambulantes y locales han experimentado un aumento en sus ventas al atender a los peregrinos que, en su mayoría, llegan con promesas y ofrendas. “Es muy bonito ver cómo llegan con sus trajes típicos, personas pagando promesas arrodilladas por la virgen”, señala Natasha, destacando la devoción de los visitantes que se acercan a la Basílica.
Una celebración que trasciende fronteras
Este año, se espera que más de 12 millones de peregrinos visiten la Basílica del 6 al 15 de diciembre, consolidando su estatus como uno de los templos religiosos más visitados del mundo. Familias de diversas nacionalidades, como Antonio de Guatemala, se unen en esta festividad para agradecer y pedir por los que sufren. La fe en la Virgen de Guadalupe, que data de 1531, continúa siendo un símbolo de esperanza y unidad para miles de personas que recorren largas distancias en su honor.