La presidenta Claudia Sheinbaum ha intervenido en el reciente conflicto verbal entre Adán Augusto López Hernández, coordinador de Morena en el Senado, y Ricardo Monreal, coordinador de los diputados, instándolos a mantener la “cabeza fría”. Este llamado se produce en un contexto de tensiones internas dentro del partido, donde analistas afines al obradorismo sugieren que la mandataria debería considerar la remoción de ambos legisladores de sus posiciones, para evitar que se apropien de las estructuras gubernamentales y parlamentarias.
La Oportunidad de Sheinbaum
Salvador Camarena, en su columna de El Financiero, destaca que la presidenta tiene la oportunidad de deshacerse de “oportunistas” que se han beneficiado del acuerdo sucesorio, y así poder colocar a personas más alineadas con su visión. Según Camarena, si Sheinbaum no actúa de manera decisiva, el riesgo es que estos legisladores se conviertan en figuras dominantes dentro del Congreso, lo que podría afectar gravemente su administración y la causa de la Cuarta Transformación.
Desafíos Adicionales para la Presidenta
Los analistas también apuntan que la mandataria no solo debe lidiar con el conflicto entre López y Monreal, sino que enfrenta un desafío adicional tras la polémica por la corrupción en el Infonavit, un tema que ha salpicado al senador Alejandro Murat. Sheinbaum tiene la capacidad de dar un giro a su mandato, lo que podría fortalecer su liderazgo y demostrar que su administración es independiente, sin que esto signifique una traición a su predecesor, Andrés Manuel López Obrador.
El Futuro de la Cuarta Transformación
El consenso entre los analistas es claro: Claudia Sheinbaum debe aprovechar la crisis actual para implementar cambios significativos en la alineación del partido y demostrar que su liderazgo es firme. Si no lo hace, podría comprometer su palabra y la confianza depositada en ella, especialmente en un momento donde se requiere una clara separación de intereses que no se alinean con los principios de la Cuarta Transformación.