El 16 de enero de 1973, Bruce Springsteen se presentó en el St. Mary’s Hall Auditorium Theatre de la Universidad Villanova, en Filadelfia, ante un público sorprendentemente escaso de solo 25 personas. Este evento, que se considera uno de los conciertos con menos asistentes en la carrera del ‘boss’, se vio afectado por la huelga del periódico universitario The Villanovan, lo que resultó en una falta de promoción y publicidad para el show.
Los humildes comienzos de Bruce Springsteen
A sus 23 años, Springsteen era un músico prometedor, pero su presencia en el escenario dejaba mucho que desear. Clive Davis, presidente de Columbia Records, recordó que cuando lo fichó, el joven artista se limitaba a permanecer parado mientras tocaba su guitarra y cantaba. A pesar de su talento, Davis sabía que Springsteen necesitaba mejorar su actuación en vivo para alcanzar la grandeza que su música prometía.
Un espectáculo vacío y una oportunidad perdida
El concierto en Villanova se llevó a cabo solo once días después del lanzamiento de su primer álbum, ‘Greetings from Asbury Park, N.J.’. La sala tenía una capacidad para 150 personas, pero la falta de publicidad dejó a Springsteen y su banda (que aún no se llamaba E Street Band) tocando para un público casi vacío. Aunque el show fue poco concurrido, el repertorio probablemente incluyó algunas de las canciones más memorables de su primer disco, como ‘Does this bus stop at 82nd Street?’ y ‘Blinded by the light’.
El ascenso hacia la leyenda
Solo dos años después de ese concierto, Springsteen lanzó ‘Born to Run’ y se convirtió en una estrella mundial. En una visita a The Bottom Line en Nueva York, Clive Davis quedó asombrado por la transformación del artista. Lo que una vez fue una actuación estática se había convertido en un espectáculo vibrante y cautivador. Así, la leyenda de Bruce Springsteen comenzó a forjarse, recordándonos que incluso los grandes artistas tienen humildes inicios.