
No olvidemos la fecha del 31 de diciembre de 2019; cuando la Comisión Municipal de la Salud en Wuhan, China notificó que tenía un conglomerado número de casos infectados por un nuevo virus. Éste, más tarde, sería nombrado COVID-19.
En ese momento no veíamos las dimensiones de esta nueva enfermedad, mucho menos de un cambio a nuestro estilo de vida.
Eso mismo le pasó a la científica mexicana Mónica Olvera de la Cruz, originaria de Acapulco, Guerrero. Olvera estudió física en la CDMX y posteriormente realizó un doctorado en la universidad de Cambridge, en el Reino Unido.
Actualmente se desarrolla como profesora de Ciencia de Materiales e Ingeniería en la Escuela de Ingeniería McCormick de la Universidad Northwestern.
Si bien la física guerrerense tiene una amplia experiencia previa con diferentes tipos de virus, se tomó como meta personal el estudio del COVID-19, luego de enterarse que su hermano, quien reside en México, tenía esta enfermedad. Esto la llevó a realizar una investigación a nivel computacional que le ayudó a descubrir que este virus tiene un “tendón de Aquiles” en las interacciones electroestáticas que lo unen a las células humanas.
“No encontré la cura, yo encontré una cosa científica que da una dirección. Lo que hicimos fue buscar otra manera de vulnerar, de reducir la atracción entre la proteína spike (del SARS-CoV2) y el receptor humano donde se pega el virus”, comentó la doctora en una entrevista realizada por Milenio.
La debilidad hallada por el equipo de Olvera se encuentra en la proteína “Spike” del COVID-19; ésta se encarga de abrirle paso al virus para permitir su adhesión a las células de un ser humano y a su propagación.
En esta proteína se halla una carga positiva, lo que facilita su adhesión a los receptores, con carga negativa. Una vez sabiendo esto, el equipo diseñó una molécula que impide el avance de la infección.
Es posible que posteriormente el equipo de Olvera de la Cruz empiece a colaborar con químicos y farmacólogos de la Universidad Northwestern, con el objetivo de desarrollar un fármaco que pueda ser capaz de unirse a la proteína Spike y bloquearla. De esta manera se limitaría el avance del virus COVID-19 en los seres humanos.
SM