La doble moral del Tlatoani No. 5
El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, llamó a los mexicanos de clase media “aspiracionistas y sin escrúpulos morales”, olvidando que él tuvo la misma mentalidad aspiracionista al aferrarse a una candidatura durante más de una década.
Al presidente se le notó molesto en sus conferencias mañaneras tras ver al partido que representa, MORENA, perder muchas alcaldías de la Ciudad de México. Mexicanos molestos por un mal gobierno de tres años decidieron votar por partidos de oposición.
Los motivos sobran: desplome de la economía, mal manejo de la pandemia, un pésimo mantenimiento del principal transporte de la ciudad que concluyó en el colapso del tramo de la línea 12, y más. Es por esto que la población demostró su descontento en las urnas.
Cuando se tiene un mandatario poco solidario, la respuesta ante el suceso es clara: insultar y calumniar ante un resultado que no le favorece. Una gran parte de los votantes en su contra son de clase media (se nota por la demografía en donde MORENA perdió) así que el presidente los insultó con comentarios clasistas como “aspiracionistas sin escrúpulos morales”, “personas que quieren triunfar a toda costa” y “partidarios del que no tranza no avanza”.
¿Pero que más aspiracionista que pasar doce años neceando con ser el presidente? ¿Qué más egocéntrico que buscar ser uno de los mejores presidentes en la historia? Para demostrar que quien no tiene escrúpulos morales es él al no cumplir sus promesas, al hablar sin demostrar y al seguir separando a los mexicanos, calumniando a todo aquel que no comparta su mismo pensar.
Señor presidente, me temo que debo aclarar que no se trata de triunfar a toda costa, se trata de querer vivir mejor, de no confiar en ningún gobierno, porque nadie ayuda a los mexicanos. No son personas sin escrúpulos, son individuos que trabajan todos los días para sobrevivir en un país desigual creado por un sistema que ahora representa usted.
El único aspiracionista y sin escrúpulos es usted al querer dividir, al querer triunfar a toda costa durante doce años, al no solidarizarse con nadie y continuar mintiendo. Se le pide empatía y un buen gobierno; se le pide que haga su trabajo.
SF