
La aeronave, a bordo de la que viajaban el presidente de Colombia, Iván Duque, y al menos dos de sus ministros, recibió entre tres y seis disparos. Afortunadamente no hubo heridos. El mandatario consideró que “se trató de un atentado cobarde”.
El presidente colombiano declaró: “Lo cierto es que fue un atentado cobarde, donde se ven impactos de bala. Como Gobierno no vamos a desfallecer un solo minuto, un solo día, en nuestra lucha contra el narcotráfico y los grupos criminalizados que operan”.
En el helicóptero, que recibió entre tres y seis disparos, de acuerdo a los principales medios de Colombia, viajaban también el ministro del Interior, Daniel Palacios, y el gobernador de Norte de Santander, Silvano Serrano.
Los balazos partieron de barrios cercanos al aeropuerto y, según Duque, “tanto el dispositivo como la capacidad de la aeronave evitaron que ocurriera algo letal”. La máquina había salido del municipio de Sardinata y se aprestaba a aterrizar en Cúcuta, en el departamento Norte de Santander.
Posterior a que circularan las primeras informaciones sobre el ataque, Duque grabó una breve declaración en la que insistió que su Gobierno “no se amedrenta con violencia ni con terrorismo”.
Duque agregó: “El Estado es fuerte, Colombia es fuerte. El Estado hace presencia en todos lados”, dijo que dio “instrucciones muy claras de ir detrás de quienes dispararon” contra el helicóptero.
En el final de su mensaje, Duque acentuó que “Colombia sigue fuerte, y las instituciones están por encima de cualquier amenaza”. La máquina en la que viajaban Duque y los ministros Molano y Palacios es una Black Hawk blindada y logró, pese al ataque, un aterrizaje normal.
Fuentes periodísticas de Colombia informaron que se desplegó un operativo en el barrio Camilo Daza de Cúcuta, desde donde aparentemente salieron los disparos.
Duque y sus acompañantes regresaban de Sardinata, donde entre las 11 y las 15 horas locales hubo un encuentro con autoridades regionales para explicar las inversiones hechas en la región del Catatumbo.
AM