La Doble Moral del Tlatoani No. 10
Cuando era candidato a la presidencia, Andrés Manuel López Obrador, dijo: Se puede dialogar con todos y buscar que se termine la guerra, como parte de su supuesta estrategia contra el crimen organizado. A tres años de su gobierno, la delincuencia aumenta y el ahora presidente mantiene su mismo discurso inútil que, día con día, cobra vidas mexicanas.
Entre sus muchas propuestas vacías y endulzantes al oído, Andrés Manuel López Obrador falsamente garantizaba la paz a través del diálogo. Es muy doloroso que todos los días hay asesinato, decía como candidato en el lejano 2018, al criticar la lucha contra el crimen organizado.
La presidencia le sentó mal, pues ahora parece olvidar ese dolor y empatía. A la mitad de su gobierno, el país solo empeora en materia de delincuencia. Periodistas, activistas y familias enteras son víctimas diariamente del crimen organizado en múltiples estados del país, mientras tanto el presidente mantiene su inservible estrategia de diálogo: Abrazos, no balazos.
Lo dice muy seguro desde un palacio, porque él no vive lo que los pobladores de Michoacán enfrentan, lo dice en su conferencia frente a periodistas, mientras asesinan a sus compañeros que solo hacen su trabajo.
Obrador se dice muy seguro de su “Abrazos, no balazos“, pero no se atreve a decirlo de frente a las familias que han perdido miembros por culpa de su ineptitud. ¿En dónde quedó el candidato empático dispuesto a pelear a favor de México? ¿Cómo pasamos de un posible líder a quien ahora se esconde en Palacio Nacional?
Ejemplos de violencia e inseguridad sobran:
El estado de Michoacán pide ayuda a gritos. Tenemos semanas haciendo denuncias, pidiendo ayuda al ejército porque ellos son los que pueden hacer algo, como dice el presidente, pero no lo hacen, exclama un miembro de un grupo de autodefensa.
El día jueves 22 de julio se reportó el asesinato del periodista Ricardo López, en Guaymas, Sonora. Parece que las denuncias que levantó por amenazas que recibía constantemente no fueron suficientes para que el gobierno actuara. Es el sexto periodista asesinado en México en lo que va del año y el segundo que matan en una semana.
La semana pasada se reportó la cifra de 56 activistas asesinados durante la aún activa administración de López Obrador.
El país grita por ayuda, un país al que en incontables ocasiones vio a los ojos y prometió ayudar, confiaron en usted y no solo recibieron desilusión, sino también una burla con su ineptitud. Señor presidente, si no piensa hacer nada, no tiene ni siquiera el derecho de hablar con los millones de mexicanos que son víctimas de su incapacidad para gobernar. ¿Con qué cara te muestras, Obrador?
SF