Representantes de ambos lados del gobierno de Venezuela tratarán de llegar a un acuerdo que ponga fin a la crisis en el país
El día de hoy inician los primeros diálogos entre ambas partes del gobierno de Venezuela en territorio mexicano que serán mediados tanto por representantes del gobierno mexicano como de Noruega, para poder llegar a un acuerdo y ponerle fin a la crisis por la que atraviesa el país sudamericano.
La reunión se llevará a cabo esta tarde en las instalaciones del Museo Nacional de Antropología e Historia y de acuerdo con información del portal Animal Político, entre los presentes estará el secretario de relaciones exteriores, Marcelo Ebrard y el diplomático Day Nylander, emisario de Noruega que encabezará la reunión y será un mediador en el proceso de conciliación.
Nylander también fungió como mediador en 2019 en los procesos para alcanzar la paz en Colombia entre el gobierno y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).
Por parte del gobierno democrático venezolano que representa Nicolás Maduro, estará presente el diputado Jorge Rodríguez Gómez, presidente de la Asamblea Nacional, y el gobernador de Miranda, Héctor Rodríguez.
Y por parte de la oposición estará Gerardo Blyde, integrante de la Mesa de Unidad Democrática; el diputado Tomás Guanipa, secretario del partido Primero Justicia, y Carlos Veccio, embajador venezolano de Estados Unidos y cercano al líder de la oposición venezolana, Juan Guaidó.
La principal exigencia de la oposición derechista es la garantía de celebrar elecciones a finales de este año, mientras que el chavismo pide que se levanten las sanciones impuestas por Estados Unidos de Norteamérica.
El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, también agregó a sus condiciones para el diálogo que se devuelvan las cuentas bancarias a Petróleos de Venezuela y al Banco Central de Venezuela.
Hace una semana, el presidente Andrés Manuel López Obrador anunció que México sería la sede de los diálogos a propuesta de Noruega, siguiendo con la tradición mexicana y lo estipulado en la Doctrina Estrada de no hacer injerencia en las decisiones de las naciones, a su autodeterminación y a la no intervención.
México ha mostrado siempre una postura central al conflicto del país bolivariano, como recibir a Maduro con calidad de jefe de estado y también ofrecer refugio a opositores, siempre anteponiendo las demandas legítimas y la protección de sus derechos humanos.
El diálogo que por fin se está llevando a cabo en México, se planteó desde comienzos de mayo de 2021, cuando se presentó el “Acuerdo de Salvación Nacional” que pretende convocar elecciones libres y que fue respaldado por ambas partes.
CONTEXTO DE LA CRISIS
Esta no es la primera vez que se lleva a cabo un diálogo para tratar de solucionar la crisis económica y sanitaria que atraviesa Venezuela. El primer intento se dio en 2016 por petición del Vaticano y con sede en República Dominicana, donde participaron figuras como el expresidente español José Luis Rodríguez Zapatero, aunque fracasó en 2018. Y en 2019 Noruega encabezó otro proceso de negociaciones en Barbados, que tampoco tuvo resultados.
El conflicto actual con la oposición y el gobierno oficialista de Venezuela estalló cuando Juan Guaidó, presidente de la Asamblea Nacional de Venezuela elegida en 2015, se autoproclamó presidente interino en enero de 2019, acción que fue reconocida por decenas de países, entre ellos Estados Unidos y varias naciones de la Unión Europea, sin embargo, México siempre reconoció el resultado democrático que respaldaba a Nicolás Maduro, así como otros países latinoamericanos como Uruguay y Perú.
El 30 de abril de 2019, Guaidó y el dirigente opositor Leopoldo López, iniciaron un golpe de estado y un levantamiento militar denominado “Operación Libertad”, con el fin de derrocar el gobierno elegido democráticamente de Maduro.
Tras dos días de represión militar en contra de la ciudadanía que defendía el gobierno legítimo de Maduro, el movimiento golpista fracasó.
Después del intento de golpe de estado, un bloque de 27 partidos opositores acordaron no participar en las elecciones parlamentarias que renovarían la Asamblea Nacional.
Por su parte, organizaron una consulta nacional paralela el 7 y el 12 de diciembre para demostrar el rechazo a la votación del 6 de diciembre. Como consecuencia el grupo chavista tomó el control de la Asamblea Nacional, aunque Guaidó mantuvo el reconocimiento como presidente interino de países que desconocieron el gobierno de Maduro, como Estados Unidos.
SF