La Doble Moral Del Tlatoani No. 14
La trágica noche del domingo 23 de enero, se reportó el asesinato de la periodista Lourdes Maldonado. Mientras se encontraba en su vehículo fue asesinada a tiros justo en frente de su casa, a pocos metros de la entrada. Desgraciadamente su muerte se confirmó minutos más tarde.
El desgarrador hecho tuvo lugar en el estado de Tijuana, Baja California. Mismo estado que días atrás, el 17 de enero, había reportado el asesinato de otro periodista: Margarito Martínez Esquivel era un fotoperiodista que fue encontrado asesinado a tiros en la entrada de su domicilio.
La desgracia ya se había hecho presente desde el 10 de enero en Veracruz, cuando se confirmó el asesinato del periodista José Luis Gamboa Arenas. Un lamentable hecho que fue dado a conocer por la Comisión Estatal para la Atención y Protección de los Periodistas de Veracruz (CEAPP) y que aún no cuenta con una investigación transparente.
Tres asesinatos en lo que va del año que se suman a los 68 activistas y 43 periodistas que han sido asesinados durante este gobierno. Ejercer el periodismo en México te puede costar la vida.
No es la primera vez que a un periodista se le arrebata la vida solo por hacer su trabajo, ¿se está haciendo algo para evitarlo? La evidente, dolorosa y aterrorizante respuesta es no.
En 2019 la periodista Lourdes Maldonado fue a pararse frente al presidente de la república para suplicar ayuda. Lo miró de frente y le dijo “Temo por mi vida”. Quien realizaba su trabajo buscaba protección frente a la máxima autoridad del país y hoy se encuentra muerta. ¿Cómo es posible que un hecho tan atroz ocurra?
Desafortunadamente, el hecho no es lo único lamentable. La respuesta de un presidente inepto atemoriza y seguirá cobrando vidas.
El presidente de México intentó minimizar el acontecimiento, se victimizó y actualmente busca evadir el tema. ¿Por qué permitimos que un gobierno nos denigre restándole importancia a un asesinato?
Ya no se le pide empatía al presidente, siquiera respeto por una mujer que luchó e intentó, por todos los medios posibles, protegerse.
“Como si no hubiésemos atendido a la compañera, como si no nos hubiese importado”, replicó López Obrador. Si la hubieran atendido no hubiera sido asesinada, si les hubiera importado Lourdes Maldonado seguiría viva.
Cínico, inepto e incapaz, el presidente Andrés Manuel López Obrador es y será responsable de los hechos indignantes que enfrentan los periodistas. En las manos del mandatario corre la sangre de las víctimas que pagaron con su vida para demostrar que no se mata la verdad matando periodistas.
SF