La mexicana Frida Golan narra su experiencia durante el ataque de Hamás en la Franja de Gaza
La terapeuta ocupacional especialista en desarrollo de la primera infancia, Frida Golan, de nacionalidad mexicana, relató el terror que vivió durante el sorpresivo ataque de Hamás en la Franja de Gaza.
El día de terror
En una entrevista para Radio Fórmula con Joaquín López-Dóriga, Golan contó que estaba a punto de salir a pasear con su perro cuando empezaron los ataques.
En el momento en que estaba por salir, los cohetes empezaron a caer. Era como una lluvia, como si estuviera tronando”, detalló.
Encerrados en un cuarto de seguridad
Ella y su esposo se refugiaron en un cuarto de seguridad, donde pasaron varias horas sin agua, comida ni electricidad.
Estábamos completamente desconectados y aislados, sin saber qué estaba pasando afuera, excepto por los mensajes aterradores que recibíamos por WhatsApp”, explicó.
Sitiados por terroristas
Según Golan, en cuestión de minutos, el kibutz donde vivía fue rodeado por terroristas armados, quienes secuestraron al menos a diez personas, incluyendo cuatro niños.
También incendiaron varias casas, incluyendo la de su hijo, donde vivía con su esposa y bebé.
Recibimos una llamada angustiada diciéndonos ‘adiós, los queremos mucho. Los terroristas están dentro de la casa. Por favor, sálvennos’. Imagínense a una mamá y un papá recibiendo un mensaje así”, recordó.
Escape y ayuda
A pesar de que su casa estaba en llamas, el hijo de Frida Golan y su familia lograron escapar en un vehículo hacia el kibutz vecino, donde se encontraba un helicóptero de las fuerzas israelíes que les brindó ayuda para llegar a un hospital.
Están en el departamento de quemaduras. Hemos tenido mucha suerte, los muchachos están vivos en terapia intensiva, todavía están anestesiados y entubados”, relató.
Consecuencias devastadoras
Frida Golan afirmó que la vida de su hijo, su esposa y su bebé quedará paralizada durante al menos medio año, mientras que el kibutz donde vivían quedó completamente destruido.
Nuestro futuro como comunidad no se ve prometedor ni atractivo”, lamentó.
Desolación y esperanza
Actualmente, la terapeuta ocupacional y su esposo se encuentran en un hotel del kibutz cercano, donde no pueden contener las lágrimas y se abrazan constantemente. Aunque están felices de ver a los sobrevivientes, sus corazones están destrozados.
Aún no han comenzado los entierros.
Con información de López-Dóriga Digital