La Doble Moral del Tlatoani No. 21

La autonombrada cuarta transformación es un claro ejemplo de corrupción. Un gobierno insensible que, en plena crisis de desabasto medicinal, entregó más de 490 millones de pesos (originalmente destinado al sector salud) a Romedic SA de CV, una empresa propiedad de Jorge Amílcar Olán, amigo de Andy López Beltrán.

Una vez más, los recursos federales son destinados para beneficiar a los más cercanos del gobierno. Una vez más, un caso de influyentismo demuestra la perversión de la actual administración. Y una vez más, la frase dicha por el presidente de México: “No somos iguales“, pierde validez y credibilidad, como toda su gestión.

Más de lo mismo

No existen herramientas suficientes que le permitan a Andrés Manuel López Obrador tapar el sol con un dedo. Luego de cinco años de gestión, es imposible esconder la basura debajo de la alfombra. Su repetitivo patrón de comportamiento denota su debilidad. Ante el caos en casa; minimiza, cubre, protege y normaliza la corrupción.

No es la primera vez que López minimiza con cinismo un descarado acto de incongruencia dentro de su gestión. La misma semana se refirió al caso de SEGALMEX como “el único caso que hemos tenido de corrupción“. Como si el presunto desvío de 20 mil millones de pesos fuera poca cosa. ¿Por qué insiste en manejar una narrativa diferente a la realidad?, ¿Acaso se burla de los mexicanos? Y subrayo, ¿Los mexicanos le vamos a seguir aceptando esa ofensa?

Mientras más grande es la mentira, más pequeño el hombre que la recita; ya se imaginarán el tamaño de AMLO al decir: “Nosotros no somos corruptos“. Se nota acorralado en su gran palacio, pues de todos los datos que presentó la investigación realizada por “Mexicanos Contra La Corrupción“, Andrés Manuel no desmintió ninguno.

Con una sonrisa en el rostro, López habla del tema únicamente para victimizarse y atacar al periodismo mexicano, ¿Por qué cambiar el tema?, ¿Por qué distraer la atención?, ¿Por qué minimiza la corrupción?.

Continuidad de cuarta

Cada mañana desde Palacio Nacional, se monta un circo de libre pista para que Andrés pueda: atacar a la prensa, proteger a sus allegados, solapar la corrupción durante su gestión y preservar un discurso de adoctrinamiento. Más que en gobernar, AMLO se ha concentrado en preservar su discurso. Un gobernante de papel sostenido por un ideal hueco.

Si la opinión pública permite que el presidente se deslinde, con tanta facilidad, de temas que demuestran el ostentoso desvió de recursos para enriquecer a sus allegados, estará permitiendo que la sucesora a la silla presidencial, realice sin mayor reparo las mismas (o peores) prácticas.

Las elecciones presidenciales se encuentran a la vuelta de la esquina, y las acciones de López ya son consideradas como un referente para la próxima presidenta. Sheinbaum o Gálvez, sin importar quien ocupe el puesto, si al gobierno no se le exige su labor, la siguiente mandataria podrá mentir, robar y traicionar sin miedo a las represalias. México no puede permitir otros seis años con más de lo mismo.

La Doble Moral

Un joven AMLO utilizaba los casos de corrupción en sexenios anteriores para demostrar que el PRI y el PAN son sinónimo de desconfianza (Que si lo son). Un candidato Andrés se apoyaba de los medios de comunicación independientes para demostrar el deterioro político del país (Que si lo hay). Ahora un López presidente se aprovecha de la desconfianza y no solo permite, incrementa la corrupción (Que si la hay).

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